Bravo, doña Gabriela

A vueltas con los horarios comerciales

Uno de los primeros asuntos que ha abordado el nuevo conseller de economía, Rafael Climent, son los horarios comerciales. Y posiblemente no solo por voluntad propia, también empujado por la reciente sentencia que falla a favor del centro comercial MN4 (en el parque comercial de Alfafar) y que le autoriza a abrir en festivos. Cabe recordar que si bien las competencias de comercio están transferidas a las comunidades autónomas, el Estado trata de mediar apostando por una quasi libertad total de apertura como ya pasa en Madrid. En realidad es una cosa programática, es decir, de cómo ve cada partido el asunto. De hecho, no solo el conseller Climent, si no también el concejal de comercio del ayuntamiento de Valencia, Carles Galiana, y el director general de comercio y consumo de la Generalitat, Natxo Costa, parecen fiarlo todo a un posible cambio de color político en la Moncloa que pueda ser coincidente con los planteamientos del Consell. Por el momento anuncian reuniones con todos los actores implicados para determinar la mejor fórmula para regular los horarios comerciales, pero estamos seguros que la presión de las grandes comercios representados por ANGED no cesará. Desde el gobierno valenciano se pretende rehacer la normativa que delimita las denominadas “Zonas de Gran Afluencia Turística”, las que disfrutarían de la actual ampliación de los horarios comerciales y reducirla para que por ejemplo en la ciudad de Valencia, solo quede una de estas zonas, en el entorno de la Lonja, que sí gozaría de ese privilegio.

Al principio de esta polémica se decía que esta ampliación de los horarios comerciales iba a favorecer la creación de nuevos puestos de trabajo y reactivar la economía. Pero por lo que cuentan los sindicatos, solo ha servido para empeorar las condiciones laborales, no solo de los trabajadores de los grandes almacenes, si no también del pequeño comercio que en mucho casos se ve obligado a abrir en festivos para no desentonar o a echar el cierre por no poder mantener un ritmo de gastos excesivo para ellos. Así pues, tendrán que poner toda la carne en el asador para conseguir ese acuerdo con todos los agentes sociales implicados para conseguir en palabras del conseller Climent «alcanzar otro modelo económico y social que respete la conciliación familiar, los derechos de los trabajadores y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos». Esperemos por el bien del turismo, de los consumidores, de los trabajadores y de la economía que el acuerdo llegue pronto.

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