Bravo, doña Gabriela

Basta ya, no más mujeres asesinadas

¿Cuánto tiempo más tenemos que soportar el machismo creciente y el asesinato de mujeres? ¿Cuándo entenderemos que hombres y mujeres somos iguales?  Es muy duro comprobar como las mujeres viven con el riesgo de que les sea arrebatada su vida a manos del machismo, se les infravalore en cuestión de salarios y regalen y entreguen su tiempo a los hombres, a cambio de que ellos desarrollen con mayor libertad y sin ataduras su andadura profesional y, en definitiva, social. Basta ya, no más mujeres asesinadas.

El rol de las mujeres sigue siendo desplazado a puestos de segunda categoría, rara vez alcanzan los cargos directivos que continúan reservados a los varones y, todo eso, a pesar de obtener mejores resultados y ser más rentables para las empresas, como lo demuestran diferentes estudios sobre la materia, al alcanzar la cumbre de la dirección.

El camino hacia esa cima está lleno de gestos sexistas y plagado de abusos directos o indirectos, verbales o físicos, socialmente aceptados o no. Y decimos bien «socialmente aceptados» porque, aunque consideramos que los abusos jamás tienen justificación y, en general, ningún tipo de imposición de la voluntad de un individuo sobre la libertad de otro, tienen que estar amparados por todas y todos.

Todo ello, es el caldo de cultivo, la savia de un machismo imperante y un patriarcado que se hace visible en forma de puñetazo, patada, quemadura, cuchillada, disparo y, en definitiva, muerte, en vida o letal; pero también de chiste machista, desprecio, insulto o comentario amenazante, que, aún produciéndose en público, lo tomamos a la ligera. Como si el asesinato de mujeres, a manos de sus parejas o exparejas, no tuviera relación alguna con todas esas formas de remarcar la inferioridad de la mujer frente al hombre.

Si a eso le sumamos la falta de medios para luchar contra la lacra del machismo, la cosa se complica para las víctimas, que ven oscuridad en un túnel en el que no se atisba luz, ni salida. Sin embargo, hoy el grito de los representantes políticos contra la violencia de género (en realidad, en plural y machista, no de género) será unánime, tras el asesinato de una mujer en Benidorm. No muerte, no falta, no fallecimiento… asesinato. Déjense de proclamas y pongan remedio ya, hagan el favor. Doten de presupuesto los PIO locales, aumenten el presupuesto de cada área para dedicar parte de los fondos a la igualdad, transversal en todas las materias, reabran los pisos tutelados cerrados por los recortes, formen en Igualdad a más agentes de Policía y, en definitiva, no sigan dejando desamparadas a las víctimas sobre los verdugos.

Quizás mañana sea demasiado tarde y tengamos que presenciar, con vergüenza de nuestra condición humana, una nueva barbarie.

 

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