Burbujas en peligro de extinción

 

La ‘llimonà’ o gaseosa era la bebida del verano en los pueblos y ciudades tanto valencianos como del resto del país. En nuestra autonomía existía la tradición del ‘llimoner’ que era la persona que preparaba la bebida y se paseaba por los pueblos, puerta a puerta, subido en un burro, caballo o carro para vender el refresco. Esta tradición evolucionó rápidamente y pronto cada pueblo contaba con varias marcas de gaseosas que vendían primero en sifones y más tarde en botellas de cristal retornables. Sus clientes eran las tiendas de alimentación de los pueblos o ciudades, hasta que llegaron los grandes supermercados y desaparecieron estos pequeños negocios, y con ellos la mayor parte de la clientela de las empresas de gaseosas.

Poco a poco dichas firmas se fueron fusionando para ser más competitivas, mientras que otras cerraban. En la actualidad se pueden contar con los dedos de una mano las marcas valencianas que han sobrevivido a la competencia de las grandes marcas, a los nuevos refrescos y al sistema moderno de distribución de esta bebida tradicional.

 

El Grupo Xúquer, salvador de las pequeñas marcas de gaseosas

En el 1960 nació en la localidad de Polinyà del Xuquer la marca ‘La Flor del Xúquer’ y ‘La Sabrosa’, como todas las firmas, el refresco comenzó a venderse de forma ambulante. Desde su nacimiento ha fabricado y distribuido gaseosas y refrescos de marca propia aunque en los últimos años ha ido incorporando la fabricación del resto de gaseosas de la Comunitat como son ‘La Senyera’, ‘La Amistad’ y desde el año pasado ‘La Flor de Espadán’, entre otras, ya que no tienen recursos económicos para hacerse cargo de su propia fabricación. En la actualidad forma parte del Grup Xúquer, empresa valenciana de la Ribera del Xúquer que distribuye vinos, licores y productos de alimentación.

«Las pequeñas marcas de gaseosas lo tenemos difícil, no podemos competir con multinacionaes como La Casera o Coca-Cola, somos empresas familiares y no podemos invertir grandes cantidades en maquinaria. En la actualidad el grupo entero fabrica 50.000 botellas diarias, y la producción baja cada día porque perdemos distribuidores. Asimismo los jóvenes consumen cada vez menos gaseosa», asegura Salvador Cebolla, hijo del fundador de la empresa y quien ya trabaja con sus dos hijos en el negocio familiar.

 

‘Dugarref’ busca un sucesor

El el año 1958 comenzó a elaborarse en la localidad valenciana de Alginet la gaseosa ‘Dugarref’ a manos de la familia Ferragud (que es el nombre de la marca pero al revés) pero desde hace años la producción corre a cargo del Grup Xúquer aunque ellos siguen comercializando y distribuyendo el refresco. Sin embargo, el nieto del fundador de la histórica firma, Vicente Ferragud, asegura que dentro de unos años cuando se jubile la firma desaparecerá con él si no encuentra alguien que se quiera hacer cargo de la empresa pues sus hijos no quieren tomar el relevo, ya que ha dejado de ser un negocio rentable.

Actualmente se fabrican 400-500 botellas al día frente a las 4.500, entre botellas de un libro y pequeás, en los tiempos prósperos. «El pequeño fabricante no puede competir con las multinacionales y los grandes supermercados como Consum o Mercadona, firman convenios con firmas más fuertes, con altas producciones y precios bajos, dejando de lado a las marcas valencianas a las que están hundiendo», relata Vicente a VLC News.

Asimismo nos cuenta cómo ha cambiado el negocio en poco más de medio siglo «pasamos de vender y repartir los fines de semana de casa a casa en caballo o en carro con sifones y gaseosas de distintos sabores a distribuir en cajas directamente a las tiendas de alimentación hasta que las grandes superficies se han comido el negocio», admite.

 

‘Agua de Litines’ aguanta el temporal

Allá por el año 1915 nacio en Cheste la empresa Sodas y Gaseosas Alejandro Martínez y desde entonces elabora gaseosas en polvo y gasificantes para bollería. En sus casi 100 años de historia han comercializado marcas como ‘El Sol’, ‘Dos soles’ o ‘Pepita Samper’, y más recientemente ‘Aguilar’ y ‘La perdiz’ pero destaca principalmente la gaseosa endulzada ‘El Tigre’ que hace medio siglo se conocía también como ‘Agua de Litines’.

«Nosotros vendemos tanto a tiendas pequeñas como a supermercados, gracias al renombre de nuestra marca no tenemos mucha competencia y el negocio se mantiene bien», afirma Alfonso García gerente de la firma.

Ir arriba