Bravo, doña Gabriela

De las palabras a los hechos y de las presencias, y las ausencias injustificables

Utilizamos la palabras del presidente de la Generalitat Ximo Puig («de las palabras a los hechos») pronunciadas ayer a las puertas del Congreso de los diputados a la salida de la sesión en la que se tomaba en consideración la reforma de nuestro Estatuto de autonomía, que como les decíamos ayer, se evidencia harto necesaria para la propia sostenibilidad de la administración autonómica valenciana. Sus palabras, en la línea de las del presidente de les Corts, Enric Morera, tienen que ver con la (prevista de antemano) desilusión al comprobar que esa reforma no se votará en la presente legislatura por no haber ya sesiones parlamentarias disponibles. O sea que todos los partidos, todos, se manifestaron partidarios de dicha reforma, pero deberemos esperar a la constitución del nuevo parlamento que devendrá de las elecciones generales de finales de año para que por fin, se lleve a cabo. Bueno eso, y las injustificables ausencias en el foro de la carrera de San Jerónimo. Estamos convencidos de la importante misión que tendría esta tarde el presidente Rajoy, y de ahí que no estuviera presente durante la sesión de consideración de la reforma de una ley orgánica española que representa la autonomía de un territorio histórico que hoy en día forma parte de España. ¿Tendría igual de apretada la agenda la vicepresidenta Saéz de Santamaría y el resto del Consejo de ministros?, debió ser que sí porque tampoco ninguno de ellos estuvo presente. Y luego a los señores diputados les cuesta explicar en la calle que trabajan, y mucho, cuando solo 60 diputados de un pleno de 350 asistieron al Congreso. ¿Tan poco les importamos los valencianos? ¿Tal vez la culpa sea nuestra por no haber sabido reivindicarnos suficientemente bien en estos años?

De lo simbólico a lo práctico. En definitiva, ¿y cómo resolvemos la falta de financiación adecuada para el próximo ejercicio?, porque, como decimos, no es que no se vaya a votar la reforma en el Congreso, es que tampoco se puede acceder en esa cámara a la aceptación de enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2016 para mejorar nuestra financiación.

Apuntaba Morera que una solución sería que fuera en el Senado, donde por lo visto sí existe esa posibilidad, donde se aceptaran esas enmiendas que tratan de paliar nuestro déficit presupuestario por parte del Estado. Por tanto, dejémonos de formalismos y vayamos, como pide Puig, de las palabras a los hechos, sea por una vía o por otra. También agradeceríamos un par de cosas. Por una parte que unos u otros partidos dejaran de atribuirse el mérito de la reforma -tanto PP como PSPV-PSOE podían haber hecho mucho más en todo este tiempo (conviene recordar que la reforma es de 2011)-. Y por otra, que partidos que no tienen representación política en este Pueblo, como la Convergència Democràcita de Catalunya de Artur Mas, se abstuvieran de opinar al respecto si es para hacerlo, como lo hicieron ayer, para arrimar el ascua a su sardina política. Nos reiteramos, agradeceríamos que los senadores valencianos en Madrid, sea cual sea su adscripción al grupo parlamentario que sea, hagan todo lo posible para poder pasar de las palabras a los hechos y agilicen así la inclusión de nuestras enmiendas en los PGE 2016 para no acabar teniendo que cerrar el próximo ejercicio aumentado la deuda valenciana más allá de los celebérrimos ya 40.000 millones de euros.

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