Dimite el presidente de Pescanova

El maratoniano consejo de administración de Pescanova dio comienzo esta miércoles con la asistencia, entre sus integrantes, del recién incorporado José María Pérez-Caraza, en representación de Gicsa, una de las sociedades del propio De Sousa, tras la renuncia de Jesús Carlos García. La reunión, que se celebró en la sede de la multinacional pesquera en Chapela, Redondela (Pontevedra), desde las 11.15 hasta las 17.15 horas, se adelantó dos semanas a la fecha prevista inicialmente.

Aparte de la renuncia de De Sousa y de Ana Belén Barreras como miembro del consejo, se dio el visto bueno a la convocatoria de una asamblea general de accionistas el 12 de septiembre de la que saldrá nuevo presidente, y al nombramiento, por parte del administrador concursal, Deloitte, de un asesor financiero que elabore un plan de viabilidad para la compañía.

Apenas una semana después de que se conocieran públicamente las conclusiones del informe forensic de KPMG, De Sousa ha dicho a los informadores que al tener que asumir la responsabilidad de los fallos, con el matiz de que «todos tienen explicación pero no dejan de ser errores», entendió que era su «obligación» presentar su dimisión, aceptada por unanimidad de todo el consejo, ha subrayado.

Ha recordado que lleva 37 años en la empresa, que fundó su padre, y que en todo este tiempo ha habido aciertos y equivocaciones pero, al final, «uno se queda con una idea: Pescanova está ahí y es una gran empresa. Es lo que se ha conseguido, que siga viva, como está; con todos sus trabajadores cobrando y sus barcos pescando». «Ese -ha añadido- era mi objetivo principal como responsable máximo de la empresa. Corresponde a otros la siguiente etapa, la mía ya se cumplió».

Preguntado por si el informe forensic de KPMG ha precipitado su salida, De Sousa ha recordado que los consejeros críticos lo habían pedido «reiteradamente» pero en diferentes ocasiones fue ratificado en el cargo.
Ha añadido que cuando el 12 de marzo comunicó a la CNMV la existencia de «discrepancias» entre la contabilidad de Pescanova y las cifras de su deuda bancaria, pensó que al finalizar lo que ha calificado como un «periodo de transición» hasta la publicación del informe forensic «debía dimitir en cualquier caso». «Nadie es insustituible, tampoco yo lo soy», ha aseverado Fernández de Sousa, que ha asumido su responsabilidad en los «errores de gestión» dePescanova que han desembocado en el concurso de acreedores en el que se encuentra inmersa.

El ya expresidente de la multinacional pesquera ha dicho que no «teme» a una posible «desgalleguización» de la compañía, y ha hecho votos por que «lo que se ha conseguido», que la empresa «no se liquide» y que «siga con su proyecto e íntegra», no se desvanezca en la nueva etapa que ahora se abre.

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