Dos museos para un cuadro

Cuando el flamenco Vrancke van der Stock pintó el tríptico‘El Juicio Final’ por encargo de los Jurados de la Ciudad de Valencia en 1494 seguramente no imaginó que su obra iba a acabar seis siglos después exhibiéndose troceada en dos museos de la misma ciudad.

La parte central del retablo es propiedad del Ayuntamiento de Valencia que lo tiene expuesto en el Museo de Historia de la Ciudad, mientras que los paneles laterales cuelgan de las paredes del Museo de Bellas Artes San Pío V porque están en manos del Estado.

Ambas administraciones se aferran a sus respectivos títulos de propiedad y no han sido capaces en diez años de llegar a un acuerdo para unir las piezas del tríptico y que se pueda admirar la obra completa, tal y como la ideó el maestro de la pintura flamenca.

cuadroAsí que a día de hoy, cualquier valenciano o turista que quiera contemplar una de las más emblemáticas y simbólicas obras de nuestro patrominio cultural, tiene que visitar dos museos o contentarse con ver alguna de sus piezas. O bien el retrablo, o los bien los paneles.

A esta rocambolesca situación se ha llegado después de una serie de peripecias protagonizadas por la obra, con robo incluído. El conjunto pictórico fue adquirido por los Jurados de la Ciudad para presidir la ‘cambra del consell secret’ en la antigua Casa de la Ciudad y estuvo localizado en el Ayuntamiento de Valencia, como legítimo propietario. Pero hacia 1860 las puertas fueron robadas y reaparecieron en el año 2003 en poder de un anticuario de Bruselas.

De la capital belga regresaron a Valencia a través de una entidad bancaria que las adquirió al anticuario y después las entregó al Ministerio de Hacienda como dación en pago de impuestos. El Estado, actual propietario decidió exponerlas, separadas de la tabla central, en el Museo de Bellas Artes.

El caso del ‘Juicio Final’ ha llegado hasta las Cortes Valencianas. El Grupo Parlamentario Socialista ha presentado una proposición no de ley para que el Parlamento valenciano inste al Consell para que la Conselleria de Cultura promueva un acuerdo con el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Valencia que permita la reunificación de las diferentes piezas dispersas del retablo y su exhibición conjunta.

Juan Soto, diputado socialista, apunta que «aunque la prioridad sea su unificación, por razones de legitimidad histórica, correspondería de manera preferente que, ya completo, el retablo fuera expuesto y exhibido por el Ayuntamiento de Valencia».

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