El Ejército de la Nueva Tierra

“Una legión de guerreros-monje que posee una serie de poderes paranormales, tales como leer la mente del enemigo, atravesar paredes o incluso matar una cabra con tan sólo mirarla fijamente”. Así describe el soldado Nick Cassady, encarnado por George Clooney, al perodista Bob Wilton, interpretado por Ewan McGregor, el Ejército de la Nueva Tierra del que formaba parte en la película de comedia “Los hombres que miraban fijamente a las cabras”.

Me contaba mi padre que hace mucho tiempo, cuando era Presidente de Lo Rat Penat y en Unió Valenciana abundaban los cargos públicos, un exacerbado independentista valenciano le preguntó si, desde su posición, iba a apoyar la creación de un ejército nacional valenciano. No le pregunté por la respuesta, era evidente lo que ambos pensábamos. Sin embargo, por muy estúpida que pueda ser una idea, algunas personas son lo suficientemente idiotas como para seguirla: la Asamblea Nacional Catalana (ya saben, el circo-plataforma que tiene por objetivo la autodeterminación de la Nación Catalana), a través de su sectorial de Defensa, ha dado a conocer recientemente varios documentos en los que se describe el hipotético ejército de la ansiada (o, mejor dicho, ansiosa) Cataluña independiente, absolutamente necesario para que “la comunidad internacional nos tenga en consideración y nos trate como iguales”.

Ese otro “Ejército de la Nueva Tierra”, que por el momento es igual de ficticio que el primero, tendría unidades de infantería ligera, vehículos de combate, corbetas, barcos de asalto anfibio, aviones de vigilancia aérea, un servicio militar voluntario, reservistas, un Estado Mayor conjunto (imagínense al Comandante en Jefe Artur Mas, ataviado con un uniforme cuatribarrado al estilo de la Guardia Suiza del Vaticano) e, incluso, servicios de espionaje en el extranjero para rescatar a los catalanes que puedan ser víctimas de un secuestro “por motivos ideológicos”. También se concreta la composición de la Fuerza Naval catalana, para controlar las aguas territoriales tras la independencia, lo que ya ha sido irónicamente apoyado por el Sindicato de Policías: «iremos al Toysrus y compraremos barcas hinchables».

Parece que la idea no ha calado en la Generalitat catalana, que por el momento se desmarca de la creación de un ejército nacional catalán, al menos abiertamente. Probablemente, como señala el periodista Pablo Planas, por la intensa sensación de ridículo causada por las hipótesis en las que trabaja la ANC. Sin embargo, ese miedo escénico al ridículo no impide a la Generalitat catalana subvencionar directa o indirectamente a los dementes que defienden la idea del nuevo ejército. Así, por ejemplo, el Centre d’Estudis Estratègics de Catalunya (CEEC), cuyo Presidente es Miquel Sellarés, cofundador de Convergència, creador y primer director de los Mossos d’Esquadra, recibió en 2010 de la administración catalana 1,6 millones de euros. El Sr. Sellarés, que en una entrevista en el digital independentista Vilaweb, justificaba las acciones del grupo terrorista Exèrcit Popular Català, defiende que a Cataluña le corresponde un 20 % del ejército español (aviones, destructores y carros de combate incluidos), previa selección del personal “más comprometido con Nación Catalana”, puesto que “si tenemos que asumir una parte proporcional de la deuda, también nos quedaremos la parte proporcional de todo aquello que hemos pagado«. Por su parte, y como señala Carina Mejías, portavoz de Ciutadans, aunque desde la ANC digan que no reciben subvenciones, “las obtienen por vía indirecta a través de otras organizaciones que forman parte de ella, como Acció Cultural del País Valencià, o la infame Òmnium Cultural, que ha recibido casi 7 millones de euros de dinero público en los últimos años.

Y si bien es cierto que la sectorial de Defensa de la ANC descarta, a corto plazo, la posibilidad de una guerra, de los documentos dados a conocer también se establece cómo actuar en caso de producirse un conflicto armado con sus Estados vecinos… ¡Hemos de estar preparados!

Vicente Boluda

@VBoluda

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