El padre adoptivo de Mayuba: «Le juré que la iba a sacar y la sacaré»

Batiste Llopis, padre adoptivo de Mahdjouba Mohamed –Mayuba–, la joven de 23 años de la localidad valenciana de Genovés que permanece retenida en Argelia, en los campamentos de Tinduf, por sus padres biológicos, ha afirmado, cuando se cumplen 89 días de su partida: «Le juré que la iba a sacar y la sacaré», según ha informado la Diputación en un comunicado.

Este lunes se cumplen 89 días desde que Mayuba partió de Genovés rumbo a Tinduf para visitar a su familia de origen, como solía hacer durante los periodos estivales aunque, en este caso, como consecuencia de una enfermedad de su abuela.

«Ese fue su error», llegan a afirmar algunas voces de Genovés que, según comentan, ya le advirtieron de que no se marchara. Sin embargo, Mayuba se fue «como tenía que ser», ha afirmado Llopis, quien también acompañó a su hija en este viaje, tal como ya había hecho en multitud de ocasiones.

«A los tres días falleció la abuela de Mayuba y, a la semana, mi padre regresó a Genovés sin mi hermana, puesto que ella decidió quedarse en los campamentos unos días más, hasta el 18 de agosto», ha explicado Verónica Llopis.

Nada vieron de particular o anormal en que Mayuba permaneciera junto a su familia biológica unos días más. «Es normal que quisiera permanecer más tiempo, otras veces ya lo había hecho y para nosotros su libertad es lo primordial. Yo no quiero a Mayuba para mí –ha afirmado Batiste–, yo quiero que Mayuba sea libre y pueda continuar con la prometedora vida que ya se ha labrado aquí en España, en Londres o donde ella elija».

Pero el 18 de agosto, fecha prevista para su vuelta, Mayuba no llegó en el avión que aterrizó en el aeropuerto de Madrid, procedente de Argelia, donde sí acudieron Batiste, su mujer Amparo y su hija mayor.

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Desde entonces, la ausencia de Mayuba ha abierto un profundo vacío en Genovés, el pequeño pueblo valenciano de la comarca de la Costera en el que la joven saharaui echó raíces. Su tío, José Llopis, el ‘Simatero’, ha afirmado: «Mayuba se ha criado aquí, lleva 15 años aquí, mi hermano se ha jugado la vida para traerla de vuelta y espero que pueda volver pronto».

Por su parte, el alcalde de Genovés, Emilio Llopis, ha destacado la paradoja que afecta a Batiste. «Puedo dar fe de su abnegada implicación con el pueblo saharaui desde hace años. Ha logrado que seis niños vengan a Genovés y su generosidad no tiene límites, como ya demostró donando todo los beneficios obtenidos con la publicación de su libro sobre el Sahara».

APOYO DE TODA CLASE

Batiste Llopis ha asegurado que hará todo lo necesario para que Mayuba vuelva. «Le juré que la iba a sacar y la sacaré». Sus esfuerzos y desvelos han conseguido ya que organismos y entidades de toda España se hayan sumado a la causa aprobando comunicados y declaraciones institucionales.

Han remitido mensajes de apoyo y protesta el propio Ayuntamiento de Genovés, la Generalitat valenciana, la Diputación de Valencia, la Coordinadora Obrera Sindical dels Països Catalans, Esquerra Unida del País Valencià, la Federación de Asociaciones de Solidaridad con el Pueblo Saharaui o el profesorado del Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, universidad en la que se graduó en Filología Árabe.

A los esfuerzos de la familia de acogida de Mayuba se suma también la campaña iniciada por su grupo de amigas quienes, en apenas un mes, han recabado cerca de 4.000 firmas a través de AVAAZ, la comunidad activista que acerca el poder y la voz de la gente a los centros políticos de decisión a nivel mundial.

«Queremos que Mayuba vuelva pronto», dicen todos quienes la conocen en Genovés. «Tiene derecho a desarrollar su talento en Londres o donde ella quiera», señalan sus amigas.

Mayuba posee un talento que ya demostró al acabar el instituto con una media de Excelente, tal como recuerda Rosalía Botella, profesora de Matemáticas y directora del colegio público de Genovés ‘Mare de Déu dels Desampara’, donde la joven cursó los dos primeros cursos de Educación Secundaria. «Era muy buena en Matemáticas, en razonamiento y lógica. Prueba de su valía es también que sólo necesitó tres meses para adaptarse al ritmo normal de una clase a la que llegó sin hablar bien el idioma», ha agregado Botella.

Ahora, familia, amigos, conocidos, compañeros de estudios y de trabajo coinciden en señalar una misma frase. «Somos la voz de Mayuba». Y esas palabras quieren que sirvan para recordar que no pararán hasta conseguir su liberación.

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