El principal enemigo del PP. Desde hace once años el PP padece el síndrome del 11M. Es decir, cada vez que se acerca un proceso electoral se teme que pase algo sobre lo que se reaccione torpemente y sin apenas margen de maniobra para parar el golpe mediático, y que éste resulte letal. Y este año, con la volatilidad e imprevisibilidad de los resultados, es todo lo contrario a una excepción a ese miedo. Añadan a esa inquietud la de que pactos antiPP como el de Murcia, claramente inspirado en el de El Tinell de Cataluña de hace unos años, proliferen y compliquen aún más el futuro a los populares en media España.
La diferencia entre ganar y perder estas elecciones y pactar o no pactar después puede depender de la cosa más nimia que ahora nos podamos imaginar, siempre y cuando esté convenientemente vestida para la ocasión. Eso temen en el PP que les pase, visto que todo el mundo parece tener dossiers y grabaciones potencialmente peligrosas para ellos. En palabras del periodista Javier Fumero, en el PP en Madrid creen que “algo extraño está sucediendo y no lo pueden controlar, que alguien está moviendo la silla de sus líderes muy discretamente”. Evidentemente, en Valencia también. Si hasta la tontada de la rima del cinco de Alfonso Novo vale para hacer sangre … imagen lo de Rus …