El PSOE es un partido necesario en el tablero político español. El espectro político de la izquierda no puede quedar únicamente en manos de Podemos y los nacionalistas. Es necesario un partido de centro izquierda fuerte y potente capaz de absorber ese nicho de votos. No es una cuestión de más centro o más izquierda sino de institucionalidad. El PSOE ha sido y es ese partido moderado que ha aportado estabilidad en los momentos más complicados e importantes de nuestra historia. Hace falta. Como dice el refrán, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y el PSOE estamos a punto de perderlo.
¿Con qué cara se puede presentar cualquier candidato socialista a unas hipotéticas terceras elecciones? La destroza es muy importante, y es que ya lo veníamos advirtiendo desde hace tiempo, el PSOE estaba en la picota.
Quizás hubiera sido más inteligente arrancarle a Rajoy alguna reforma o derogación a cambio de una abstención in extremis. Quién sabe. Pero la deriva de las últimas horas les hace un daño incalculable.
En Valencia la polémica también está servida. Decenas de militantes y simpatizantes socialistas se concentraron en la tarde de ayer frente a la sede central del PSPV, situada en la céntrica Calle Blanqueries de Valencia, para mostrar su apoyo a Pedro Sánchez y su repulsa contra la decisión de dimitir de la Ejecutiva Federal de Ximo Puig. Hasta un total de doscientas personas se concentraron para evidenciar de este modo su repulsa a la situación interna por la que atraviesa el PSOE y que tiene también su reflejo en la federación valenciana del partido.
Ximo Puig por su parte parece tenerlo claro, no cabe un gobierno progresista, asegura el President. Duro para sus militantes, pero realista. Si el PSOE acabará como el PASOK griego es todavía una quimera, pero es hoy, más posible que ayer.