Guerra de panes

Dicen que para tener suerte en la vida hay que nacer con un pan debajo del brazo, y lo curioso es que en los últimos meses los españoles estamos comiendo más pan que nunca, quizás para recuperar parte de esa suerte perdida. Aunque es considerado un producto de primera necesidad por sus beneficiosas cualidades nutritivas, desde 1964 el consumo del pan ha descendido un 400% a nivel nacional y ha vuelto a creer por primera vez en 2012, un 1,2%, una situación que se mantiene este año, con unos primeros meses de cifras positivas.

Este cambio de comportamiento entre los consumidores es amparado por un cambio de rumbo en los negocios del pan. Tenemos tres perfiles de empresas de pan: la panaderia tradicional y artesana de barrio, el despacho de pan low cost y las cadenas de panaderías gourmet. VLC News ha hablado con cada una de ellas para conocer este negocio que ha experimentado un lavado de cara en los últimos años.

El Horno a Leña de Virgilio Miralles lleva un cuarto de siglo vendiendo pan y bollería en el tradicional barrio de la Oliverta de Valencia. Él mismo, junto a sus empleados elabora panes artesanales, hechos uno a uno, son «pura artesanía» asegura el empresario quien añade que sus cruasanes son conocidos por toda la ciudad, «vienen clientes de todas partes de Valencia para comprarme este producto, a veces para ellos mismos y otras veces para regalar».

Miralles nos cuenta que el consumo de pan ha caído drásticamente en los últimos años, «somos el país europeo que menos pan comemos, hace unos años vendía 1.500 panes al día, ahora cerca de 400″, una situación que se debe en parte a un «cambio en los hábitos de alimentación» y a la fuerte competencia de las panaderías ‘low cost’ que ofrece este producto a 20 céntimos la barra. «Estos panes son pura química, no son sanos», critica el hornero. Asimismo relata que con la crisis los consumidores han dejado de «valorar el pan de calidad y sano» y sólo atienden a precios, y nos confiesa que si las ventas no repuntan en un año tendrá que cerrar el horno.

A unas cuantas calles nos encontramos con ‘La boutique del pan’ donde venden este producto a sólo 30 céntimos. El gerente de este comercio, Julio López, nos recibe con una sonrisa, «me va muy bien, los propios clientes promocionan el pan» y nos cuenta en qué consiste su negocio: «esta tienda sólo vende pan, yo compro grandes cantidades de pan a varios hornos de Valencia a cambio de que me lo dejen muy barato, pero es pan de calidad aunque digan lo contrario», afirma el empresario, quien también nos cuenta su historia, «me lancé a este negocio cuando me querían prejubilar el año pasado con 56 años y una paga de 400 meses al mes». Sin duda supo aprovechar una oportunidad de negocio, pues su empresa no ha dejado de crecer, ya cuenta con dos despachos de pan en menos de seis meses y en breves abre otras dos tiendas para las que está buscando dependientas. Asimismo va a convertir este modelo de negocio en una franquicia, y afirma que ya tiene a varias personas interesadas, «espero abrir diez despachos de pan franquiciados el próximo año».

El empresario se defiende de las críticas sobre la calidad de su pan «el producto que vendo es de calidad, natural, y está hecho con mejor harina que la que utilizan muchos hornos» y manifiesta que los propios hornos del barrio incrementaron desmesuradamente el precio del pan cuando España entró en el euro y «ahora comercios como el mío están demostrando tanto a los hornos como a los clientes que se puede vender pan más barato y con calidad«. Lo cierto es que desde primera hora de la mañana los clientes no han dejado de entrar y de llevarse «panes para toda la familia», como nos asegura una clienta.

La cadena de panaderias gourmet Panaria cuenta con 14 tiendas en Valencia, además de otras tantas en Barcelona, Madrid, Andalucía y Canarias, en total emplean a cerca de 250 trabajadores, casi en su totalidad mujeres. Su concepto de panadería «de autor» con una variedad de más de 20 panes ‘gourmet’ se complementa con una sala de degustación habilitada con servicio de Internet wifi, para adaptarse a los nuevos tiempos tecnológicos. «Con nosotros tienes los mejores panes del mercado, panes hechos con masa madre, sin aditivos, naturales. Panes que duran varios días y cuyo sabor te recordará a los de antaño», reza su moderna página web.

El empresario valenciano, Antonio Pérez cuenta a VLC News que tuvo la idea de crear una cadena de panaderias durante sus viajes por Europa mientras donde veía panaderías en las que «puedes comer cosas muy ricas por poco dinero» y añade que la filosofía empresarial de su empresa es «tener el mejor producto en sabor y salud a un precio popular en las mejores ubicaciones y ambientaciones posibles». Así nos encontramos con panes fresados, multisemilla, de pimentón romero, de queso olivas… con precios que oscilan entre los 0,85 céntimos de la barra valencianas hasta cerca de los dos euros. Respecto a la creciente moda de panes low cost el empresario asevera «no nos gusta que se juegue con el pan, a eso no se le puede llamar pan» y añade «es una bomba química». El empresario asegura que estos panes no son competencia para su negocio, «lo son para los supermercados». «Luego se quejan – los hornos- de que en 25 años se ha pasado de 72 kg a 36 kg de consumo per cápita en España, siendo Valencia una de las provincias donde menos se consume», critica.

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