Bravo, doña Gabriela

La confección de las listas electorales para las generales del 20D

Confirmada definitivamente la fecha de las próximas elecciones generales (20 de diciembre) por el presidente Rajoy, se da el pistoletazo de salida para que comiencen las quinielas y los nervios en el seno de los partidos políticos. PP y PSOE parece ser que son los que más claro lo tienen por lo que se refiere a su concurrencia en solitario. Pero no así en la confección de sus listas. Por lo que respecta a los populares, los empujones para conseguir un puesto entre los cinco o seis primeros puestos comienzan a ser notorios, teniendo en cuenta que a pesar de la tibia recuperación de voto, lejos queda la posibilidad de repetir los escaños conseguidos por cada circunscripción electoral valenciana (Alicante, Valencia y Castellón) en 2011. Además, saben que desde Madrid se les puede imponer un cabeza de lista por Valencia o Alicante, y todo parece indicar que el ministro Margallo es el ungido para ese privilegio. Pero también cabe tener en cuenta la presión mediática que ha imprimido en los últimos días el delegado del gobierno y exconseller Moragues. Así que Bonig deberá mediar en esta ensalada de nombres para tratar de dejar el menor número de descontentos en este proceso, que seguro, los habrá. En el PSPV-PSOE la cosa no dista demasiado. En su caso, la confección de listas no corresponde a su secretario general y a la sazón presidente de la Generalitat, Ximo Puig, si no a las respectivas direcciones provinciales. Son los secretarios generales de cada circunscripción los que confeccionan las listas, el consell nacional del PSPV-PSOE emite un escrito no vinculante y es finalmente Madrid quien las sanciona. Pero también saben que en esa ida y vuelta de propuesta de listas electorales están expuestos a los intereses que marque la dirección socialdemócrata de campaña y dan por descontado que se les puede imponer un nombre desde Ferraz. Todo parece indicar que se está buscando una mujer -paracaidista o no- para encabezar la lista por Valencia.

A quienes les falta mucho camino por recorrer todavía es al resto de partidos políticos del arco parlamentario valenciano. La tercera de ellas, Compromís, debe decidir si se entrega finalmente a los designios de Pablo Iglesias o no. Si el proceso de confluencia electoral fracasa, la confección de listas electorales será tan complicado y matizado por los equilibrios entre todas las familias que integran la coalición naranja, como lo fue en la autonómicas del pasado mes de mayo. En el caso de Podemos en solitario, ya saben: lista plancha enviada desde Madrid y aquí paz, y después gloria. Si al final sí hay entendimiento con Montiel, la complicación y el sistema de asignación de puestos en la lista, solo estará al alcance de científicos del malogrado Centro de Investigación Príncipe Felipe. En el caso de Ciudadanos tampoco hay mucha novedad: más allá de la guerra interna por el control de la estructura autonómica del partido, se hará lo que diga Rivera y punto.

Las otras incógnitas por despejar residen en saber si fracasan, como todo parece indicar, las conversaciones para una lista al estilo de Guanyem Alacant o Valéncia en comú apoyada tanto por Esquerra Unida como por Podemos y de no ser así, qué pasará por la organización comandada por Marga Sanz; ¿se desgastarán concurriendo en solitario y en ese caso el fracaso podría tocar de muerte a este partido o buscan acomodo en el seno de la coalición de Morera-Oltra? Por último, queda la curiosidad por saber si los pequeños partidos valencianistas extraparlamentarios son capaces de presentar una lista a la altura de las circunstancias, un programa político que enganche al electorado y sobre todo, una idea fuerza que en este momento del partido, sea “comprada” por los votantes, porque el pacto, al menos entre Som y Poble, cada vez parece más cercano. Ya les iremos contando…

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