Bravo, doña Gabriela

La potenciación de la valencianidad en la #BatalladeFlors

Que los valencianos no votamos en clave nacionalista el pasado 24 de mayo es evidente, pero también es cierto que sí lo hicimos en un claro sentido autóctono. Sin dejarse influir por la presión de los medios españoles que le hacían la campaña a Pablo Iglesias -para desgastar claramente al PSOE- muchos electores buscaron en Compromís una solución a la valenciana para los problemas de los valencianos. Así, más allá del 30% que pueda suponer la Iniciativa del Poble Valencià de Mónica Oltra, los verdes y los independientes, el 70% de la coalición la forma el Bloc Nacionaliste Valencià. ¿Y que cabe esperar de una formación nacionalista?, evidentemente, políticas nacionalistas, es decir, entre otras cosas, poner de relevancia la simbología propia del pueblo al que representa, vamos, potenciar la valencianidad todo lo que sea posible. Y eso es lo que pretende el concejal del Cap i casal Pere Fuset para sus áreas de gobierno y que ya podremos apreciar en la edición de este año de la Batalla de flors de la Feria de julio, acto que por cierto, será la 125 edición el próximo año. Por lo visto el concejal, suponemos que como el mismo presidente de la Generalitat, Ximo Puig, dijo en su discurso de investidura, “harto de ofrendar glorias a España”, hará más visible la bandera de todos los valencianos, la Real Senyera, en detrimento de la simbología española. Revertir la tendencia que el PP ha imprimido en los últimos tiempos a todos los actos públicos valencianos desde el punto de vista de otro nacionalismo, el español, irradiado desde Madrid, es lógico allí donde se encuentran estas dos maneras diferentes de entender la idiosincrasia del Pueblo valenciano. Tan refrendada una postura como la otra por la urnas y si ahora quien gobiernan son los nacionalistas, en coalición, pero al fin y al cabo gobierno, nadie puede rasgarse las vestiduras si llevan a la práctica sus postulados.

Otra cosa es la lamentable actuación de los tres concejales de Torrent por Compromís el pasado domingo. Evidentemente nos referimos a la “sentada” de los tres ediles mientras sonaba el himno oficial valenciano (según ley de la Generalitat 8/1984 que oficializaba la música del maestro Serrano y la letra de Thous). Estos tres ciudadanos David Baviera, Carmen Silla y Pau Alabajos (por cierto, este último y sin que mediara protesta, era presentado como cantautor catalán por la prensa uruguaya) deben recordar que son representantes públicos y han jurado o prometido respetar nuestro estatuto, así que ahora, que apechuguen.

Volviendo a la cuestión del tira y afloja entre el nacionalismo valenciano y el español, cabe recordar que esta tensión no es nueva. Ya a principios de los 90, siendo alcaldesa Rita Barberá, y teniendo en cuenta los notorios silbidos que recibía el himno español después de la cremà de la falla de la plaza del Ayuntamiento, el teniente de alcalde en aquel momento, Vicente González Lizondo, y para notorio enfado de la exalcaldesa, se empeñó en que ese año no sonaran dichos acordes aduciendo que se había roto la cinta de casete. Así que ahora no se espante nadie si no solo el gobierno del Cap i casal, también el de la Generalitat, pone en marcha políticas nacionalistas, como decimos es lo que tiene la alternancia democrática. Por tanto y a la espera de la segura nueva diatriba de Carolina Punset con el argumento importado de Cataluña “de la deriva nacionalista” -nada preocupante por estos lares- a cuenta de la actuación del gobierno municipal, anímense a compartir su opinión por redes sociales, no solo de ésto, también de su propia fruición de la batalla de flores. Ah, y hagámosle caso al concejal Fuset, utilicemos el hashtag o etiqueta #BatalladeFlors.

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