VALENCIA NEWS

Los Juegos Olímpicos no son para hacer política

Decíamos hace unos días que los Juegos Olímpicos son más que deporte, y para ello pusimos como ejemplo varios acontecimientos y reivindicaciones que se han puesto de relieve en esta última edición de Río 2016. Un cita que traspasa fronteras, razas, religiones y creencias. Paradigmática imagen la que pudimos ver del partido de vóley femenino entre Alemania y Egipto, donde las primeras jugadoras portaban el traje deportivo islámico, que cubre gran parte del cuerpo, mientras que las alemanas portaban el ya tradicional bikini.

Asimismo, Rio también tiene espacio para la reivindicación de los derechos LGTBI. Hace poco pudimos ver como una voluntaria de la organización de los Juegos le pedía matrimonio a su prometida, en una clara muestra de normalización e igualdad. Incluso el medio ambiente, tan importante en Brasil, se coló en las reivindicaciones en los festivales de inicio de los Juegos. Los Juegos sirven para mucho más que para hacer deporte, como ya se ha puesto de manifiesto.

No obstante, si para algo no sirven es para hacer política, o no deberían servir para eso. Prueba de ello es la bandera independentista catalana que se exhibió ayer tras la victoria de Rafael Nadal y Marc López. El mallorquín, directamente afectado por el independentismo expansionista catalán, ha manifestado en varias ocasiones su repulsa a esta teoría política.

Pero en esta ocasión se ha ido demasiado lejos. La estelada es una bandera política, no es la bandera de Cataluña, es una bandera que representa un movimiento político concreto. No hubiera molestado si fuese una bandera regional de cualquier territorio, pues al fin y al cabo son banderas del Estado, todas nuestras, de todos.

Hay que saber cuándo es momento de hacer las reivindicaciones políticas y cuando no. Al final, el nacionalismo a lo de siempre, a dar la nota.

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