Corazón digital

Los últimos avances médicos, con sello valenciano

A simple vista podría pasar por una obra de arte en formato digital, una de estas innovadoras creaciones que cada año aparecen en los informativos porque se exponen en certámenes como ARCO. El impulso eléctrico del corazón en una pantalla gigante representado por colores e hipnotizadores movimientos. Precioso, pero nada más lejos de la realidad.

Detrás de dicha imagen se encuentra el proyecto del grupo de Bioelectrónica liderado por Javier Sáiz, «Digital Heart. Mejora en la prevención y tratamiento de patologías cardíacas a través de la modelización multiescala y la simulación computacional». Dicho de una manera más sencilla, Sáiz y su equipo trabajan para crear un corazón digital que simule la actividad eléctrica del corazón y que ayude a comprender por qué tienen lugar las arritmias y todos los misterios que éstas guardan para la comunidad científica y médica.

¿El secreto? No lo hay. La complejidad del proyecto reside en las matemáticas, que se convierten, como ha explicado el doctor Sáiz, en la base de estos modelos informáticos. El funcionamiento eléctrico de una célula es manejado con ecuaciones matemáticas para, posteriormente, el órgano completo. En definitiva, se necesita un ordenador capaz de resolver muchos millones de operaciones para conseguir simular un latido cardíaco.

Las arritmias son una de las primeras causas de mortandad en la sociedad actual, y pese a los avances, siguen existiendo numerosas incógnitas sobre por qué se generan y se mantienen las arritmias, o por qué algunos tratamientos son efectivos en unos pacientes y en otros no.  La metodología que se está desarrollando ayudará a entender mejor cómo reacciona el corazón ante determinadas situaciones pro-arrítmicas, además de poder estudiar la efectividad de diferentes tratamientos anti-arrítmicos.

Otra de las aplicaciones que tiene este Corazón Digital es la de testear fármacos en su desarrollo de forma que sea posible corregir su fórmula o simplemente descartarlo antes de sacarlo al mercado porque resulta que podría generar arritmias en determinados pacientes.

La investigación comenzó hace ya varios años, pero gracias a la ayuda concedida por el programa Prometeo, con el que cuentan desde hace dos años, han podido colaborar con otros grupos de prestigio como los de la Universidad de Michigan o Davis en California o ampliar recursos para la contratación de investigadores. Durante este año, el equipo de científico confía en finalizar un primer prototipo de herramienta que podría ser utilizado por algunos hospitales y, durante el siguiente año, querrían validar la herramienta es decir, colaborar con hospitales de forma que sobre un campo clínico se pueda comprobar que las predicciones de la aplicación son correctas.

El objetivo del programa Prometeo es identificar, respaldar y potenciar grupos de I+D de excelencia en la Comunitat Valenciana, así la Consellería de Educación, Cultura y Deporte concede ayudas económicas para la ejecución de los mejores proyectos. La metodología de trabajo de este grupo valenciano no es muy común, ya que solo existen en EEUU y en Alemaniados otros dos equipos más que cuentan con una tecnología tan avanzada. Estos países se convierten en un reto para la medicina valenciana pero Javier Sáiz no parece amedrentarse. «Podemos competir con ellos», asegura.

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