María Dolores Jimenez «Podemos definir el cabañal como una zona sin ley y orden. Se está convirtiendo en un guetto donde impera el incumplimiento de las normas»
El Cabañal que es un barrio emblemático de Valencia, ha pasado a ser un reducto de desolación. Imperan la venta de drogas, las ocupaciones ilegales, el comportamiento incivico y dónde el abandono por parte de las instituciones se hace patente.
Se realizan hogueras y fiestas con música hasta altas horas de la madrugada, los vecinos sufren amenazas, las calles se llenan de basura. En definitiva, vivir allí se convierte en un infierno para los que cumplen con las normas y es un paraíso para el que incumple.
Los vecinos han de soportar esta situación sin que las administraciones hagan nada.
Desde hace años han venido denunciando esta situación, llaman constantemente a la policía pero la mayoría de veces no obtienen respuesta y cuando consiguen que acudan, los policías no pueden hacer nada.
Hay pocos efectivos y los que hay se dedican a otras cosas y además no tienen el respaldo y el número suficiente para hacer frente a este problema.
Ni el gobierno del tripartito en valencia ni desde delegación del gobierno han tomado medidas para hacer cumplir las normas. El ayuntamiento puso un contenedor para la policía que ha estado cerrado casi todo el tiempo y cuyo resultado ha sido nulo.
Desde Ciudadanos propusimos un plan específico para paliar esta situación, que partía de una colaboración y coordinación de ayuntamiento y delegación del gobierno, pero prefieren mantener la situación de anarquía.