España vivió el pasado lunes el que será el único debate a cuatro que protagonizarán los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno. De este modo, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera se midieron en un debate ofrecido gracias a la Academia de la Televisión y emitido en la práctica totalidad de las principales cadenas. Si en algo coincidieron la mayoría de analistas es en que no hubo un claro ganador. No obstante, coincidieron en que en todo caso ese ganador no sería Pedro Sánchez, el líder de los socialistas se mantuvo en muchos momentos al margen del debate, como si no estuviera en el hilo de la conversación.
Algún rifirrafe de escasa entidad, especialmente en el tema de la corrupción, y muchas medias verdades en el transcurso del debate. La media verdad de Mariano Rajoy fue que aseguró que su gobierno defendía a los autónomos, recibió duras críticas, al escuchar que su gobierno mantenía elevadas tarifas para los mismos sin posibilidad de flexibilizar en función de los ingresos. También media verdad la de Pedro Sánchez, cuando aseguró que de haber alcanzado un acuerdo con Podemos y Ciudadanos ahora se estaría hablando de la reforma de la Constitución, y lo dijo sin mencionar el Senado, donde el Partido Popular tiene mayoría absoluta y por tanto la posibilidad de vetar cualquier reforma del texto constitucional.
Albert Rivera, que quiso hacer un guiño al voto de los ciudadanos de origen latinoamericano quiso hablar de ‘patria común’, sin recordarles a los latinos que su partido, y él mismo, defienden retirarles según qué prestaciones sanitarias en función de su situación en España. Por su parte, Pablo Iglesias habló de tender la mano a los socialistas, no obstante, su media verdad fue el hecho de querer dibujar un Podemos dispuesto a pactar con el PSOE, cuando todo parece indicar que más que pacto, pretenden acaparar todo su espacio.