Bravo, doña Gabriela

Montoro dimisión

Montoro dimisión. Antes se coge a un mentiroso que a un cojo. Que se lo pregunten a Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda en funciones y enemigo número uno del pueblo valenciano, cargo que se ha ganado a pulso, al reírse, en innumerables ocasiones, en nuestra cara. Antes de elecciones cumpliríamos de sobra el déficit… nada más lejos de la realidad 102 días después. Resulta que, tras apretarnos las tuercas y adoptar una actitud paternalista con las autonomías, propio del que no cree en ellas, España no cumple el objetivo de déficit marcado por Bruselas. Ni se acerca al 4,2 previsto, nos quedamos en un 5,16, casi un punto de desfase o, lo que es lo mismo, 10.000 millones de euros, que se sumarán al recorte de más de 10.000 millones que Bruselas quiere aplicar en nuestro país.

El gobierno entrante, sea del color que sea, tendrá que aplicar un recorte de más de 20.000 millones de gasto que repercutirá muy negativamente en los de siempre: los ciudadanos. Abordar una reforma fiscal más redistributiva, que incrementara los ingresos a partir de la gente que tiene más ingresos parece lógico para evitarlo. Sea como sea, el próximo gobierno tiene una papeleta difícil, gracias a los salvadores de España.

El PP se presenta a sí mismo como los garantes de la estabilidad económica y como los únicos serios y capacitados, sin alternativa alguna que no nos aboque al desastre. Sin embargo, son los que han mentido sobre el déficit, los que han gobernado en los últimos años capitales como Madrid o Valencia -dos de los Ayuntamientos más endeudados del territorio español-, así como algunas de las comunidades autónomas con mayor cuantía en obligaciones.

¿Quiénes son los responsables? Para Montoro está muy claro y se atreve a decirlo con total desfachatez, quedándose más ancho que Pancho: las comunidades autónomas. Habría que recordarle que los municipios no tienen margen de defícit y las comunidades autónomas muy poco, en concreto, un cero coma tres este año. La realidad es que el grueso del déficit corresponde al Estado español. Un Estado que tiene las competencias transferidas hacia las comunidades en las materias más jugosas, como Sanidad, Educación o Servicios Sociales.
En el caso de la Comunitat Valenciana, además, cabe recordar la infrafinanciación y el maltrato del Estado español, por no hablar de expolio, que impide a la Generalitat Valenciana prestar los servicios que le corresponden y que cuestan miles de millones más al año que aquello que siempre nos acaba tocando en el reparto “solidario” de la hacienda española. El resultado es que año a año no nos queda otra que endeudarnos para poder disfrutar de los mismos servicios -ni más, ni menos- que el resto de españoles.

Le pediríamos al señor Montoro que, antes de hablar e intentar traspasar esa culpa a las comunidades autónomas, recrimine lo que tenga que recriminar a sus compañeros de partido y mire en su propia casa. Ahí es donde están los males que, en definitiva, han provocado que el déficit sea mayor del que realmente se preveía.

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