Primera muerte por ébola en Europa

El fallecimiento del cooperante y religioso español Miguel Pajares a causa de la enfermedad por virus ébola es la primera muerte por esta razón en el continente europeo. Eso no representa que se haya incrementado sustancialmente el riesgo de extensión de la enfermedad en Europa, pero sí que muestra de una manera específica los claroscuros de cómo se está intentando controlar la situación en su origen.

La lucha contra la enfermedad debe hacerse primordialmente en los países ya afectados. Los costes de la repatriación de las personas afectadas han sido muy elevados. Ese mismo dinero empleado en potenciar las estructuras sanitarias locales, carentes en muchas ocasiones de lo más elemental, se puede traducir en un mejor control de la situación lo que también significa una reducción del riesgo en otros países, en África y fuera de ella.

Empleando los recursos económicos de esta manera,además, se hubiera asegurado una buena atención de nuestro compatriota y también de todos sus compañeros sobre el terreno, sin importar además la nacionalidad de los mismos, pues la repatriación solo de los nacionales transmite un mensaje nada humanitario y que deja sin argumentos, y sin recursos, al pueblo y a las autoridades locales.

No debemos esperar tampoco la aparición de sueros milagrosos que, en el mejor de los casos, tardarán en mostrar sus efectos. Estamos ante una enfermedad en la que los recursos humanos y materiales son valiosos y en la que puede alcanzarse el control con medidas estrictas de aislamiento y adecuado tratamiento sintomático y de soporte. Ahí deberían centrarse los esfuerzos. Y también en entender que el virus no ha cambiado significativamente desde su descubrimiento, pero la sociedad africana sí que lo ha hecho en los últimos tiempos, y más en el medio urbano, por lo que hay que adaptar las medidas a su situación actual.

Firma: Dr. Oscar Zurriaga, epidemiólogo

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