Tres emprendedores valencianos han creado un proyecto de crowdfunding, muy relacionado con el mundo de las Fallas. Ellos mismos definen su proyecto así: «Tras los intensos días de Fallas, que llegaron a su fin el pasado 19 de marzo, un vacío se impone en el corazón de valencianos y valencianas amantes de las fiestas josefinas. Ya han puesto en marcha la cuenta atrás para las Fallas de 2017. ¿Y ahora qué? «Pasatiempos Falleros» nace para que todos los nostálgicos, no sólo de las Fallas, sino también de la gastronomía valenciana y de la capital del Turia, puedan exprimir su creatividad en estos meses de parón fallero».
Este artbook valenciano contiene 40 ilustraciones originales, que «representan de manera simétrica y geométrica elementos que conocerá cualquier amante de las Fallas. Nos dimos cuenta que de unas fallas a las del año siguiente, los falleros pasan una gran cantidad de tiempo recordando las pasadas y esperando las siguientes», declara Daniel Muñoz, co-creador del proyecto. Natalia del Amo, co-creadora, añade: «La colorterapia ha conquistado a pequeños y no tan pequeños. Por ello, quisimos crear un libro para colorear, un artbook, para hacer más divertido y creativo un año de espera. Además, esta es una oportunidad más de mostrar el talento de los jóvenes valencianos. Las fallas son un evento declarado de interés nacional e internacional y queremos que nuestro proyecto sirva para dar visibilidad al colectivo de diseñadores, fotógrafos y artistas».
El proyecto está publicado en Verkami, una plataforma de crowdfunding. Allí, los creadores proponen sus proyectos y las personas que quieran colaborar mediante financiación se convierten en mecenas. En concreto, “Pasatiempos Falleros”, cuenta con diferentes packs de mecenazgo. Puedes adquirir un libro o varios, que puedes compartir o regalar a quien prefieras.
“Pasatiempos Falleros” nace con una cuidada imagen y significado, que los creadores explican en la plataforma de crowdfunding y en su web. La responsable de comunicación del proyecto, Mari Carmen Ruiz, comenta: “Queríamos que el valor estético del libro fuera significativo incluso antes de empezar a colorear; por ello, hemos trabajado durante meses en ilustraciones que fueran visualmente atractivas, destacando la sencillez de las líneas y los triángulos”.