Bravo, doña Gabriela

Un grupo propio es un derecho que no se le puede negar a Compromís

A Compromís le corresponde un grupo propio porque se lo han otorgado los valencianos. Lo que las urnas dicen, nadie tiene potestad para negarlo. Es un derecho que nadie les puede arrebatar.

No entendemos por qué ahora cambian de opinión los demócratas de toda la vida. En la noche electoral, todas las lecturas se hicieron separando los diputados de las fuerzas de coalición con las que confluyó Podemos en algunas autonomías. Querían, supuestamente, suavizar la evidente victoria de Podemos que, a pesar de no ganar las elecciones, desembarcaron en el Congreso con 69 diputados.

Hasta la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría -hasta hace dos días, situada por la opinión pública como posible presidenta de un gobierno provisional en un hipotético pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos-, la misma noche electoral leía los datos del grupo Compromís-Podem por separado de los del grupo En Comú Podem o el grupo En Marea. ¿Ahora de qué están hablando?

Uno de los argumentos más recurrentes para dinamitar el grupo valenciano en el Congreso de los Diputados ha sido el de que Podemos quiere dividirse, cada uno con su grupo propio, para cobrar por cada uno de ellos. Pues bueno, los que se lo hayan creído o piensen eso desde un principio se pueden quedar tranquilos. El número uno por Compromís al Congreso en la provincia de Valencia, Joan Baldoví, ha hecho público que para ellos no es una cuestión económica y que no tienen ningún problema a renunciar a “dinero o tiempo”.

En ningún momento, desde Compromís se dijo que se hubieran fusionado con Podemos, ni mucho menos, sino que confluían juntos a las Generales en un pacto, como otras muchas otras veces se ha hecho. Su objetivo, repetido por activa y por pasiva, era la creación del grupo valenciano. Otra cosa es que a nivel de estrategia en campaña a Pablo Iglesias le haya convenido pegarse en Valencia a la marca Mónica Oltra, en claro ascenso y con un potencial arrollador. Ella en sí misma es una seña de identidad y eso, sumado al boom de Pablo Iglesias, ha conformado una mezcla que reventó la Fonteta a escasas horas de las elecciones y desplazo al PSOE a un tercer puesto en la Comunitat con nueve diputados.

¿Será eso lo que fastidia a los partidos tradicionales?

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