Nos quedan dos meses de aguantarnos (camino de Turín)

Después del momento de tensión vivido en el túnel de vestuarios, con los ánimos templados y Mestalla casi en silencio, la introspección de cada futbolista y de la cúpula directiva del Valencia entró en juego. Caras largas y gente pensativa. Sólo algún futbolista como Vargas, que se marchó discretamente del estadio -fue el último jugador en abandonarlo- se permitió una medio sonrisa cuando se le dijo que su nombre aparecía en el acta tras rociar con agua a varios rivales.