columna

El portero feliz

La pasada semana se conoció el fallecimiento de Cota, portero del Valencia en los años setenta. La noticia quedó relegada por imperativos de una actualidad desbordante a un espacio residual. El tratamiento se redujo a un breve resumen de su trayectoria; no fue la suya, desde luego, una carrera brillante ni exitosa, todo sea dicho.

Necesito un traductor

No precisamente el que fue al funeral de Mandela. Pero hay tantas cosas que no entiendo que ya no sé si me hago mayor, si es que mi capacidad de sorprenderme ha quedado superada o si es que definitivamente el mundo va en una dirección y servidor va en la contraria.

Simplemente fútbol, sin más

El fútbol es como la vida. O la vida es como el fútbol ¡Qué mas da! Todo lleva su tiempo, su espacio, su momento. Uno nace sin recursos, con un millón de dependencias. El día a día te hace liberarte. Y no se pueden saltar ni etapas, ni momentos, ni alegrías, ni llantos. Todo llega porque tiene que llegar.

Con la mili hecha

El fútbol no respeta la historia. Incluso a veces es injusto e inmisericorde con el presente. Cuando el actual Valencia se esfuerza en recordar la importancia de poner en valor la marca Valencia CF, el inconsciente caminar de una linea deportiva errática no hace más que erosionar dicho concepto.

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