El imperio de la sinrazón

Quiero imaginar que el partido de Kiev será suspendido a lo largo del día de hoy antes de que el avión despegue de Manises al filo de mediodía con la expedición del Valencia a bordo. Le doy todavía un voto de confianza a quienes ostentan cargos de responsabilidad en la UEFA pese a que recuerdo algunos precedentes que invitan más bien al pesimismo. Sin embargo, no concibo que se vaya a jugar en el estadio Valery Lobanowsky el partido ante el Dynamo después de ver las imágenes de las revueltas que agitan la vida en la capital de Ucrania y que han provocado numerosas muertes. Si se celebra el encuentro se asumen demasiados riesgos y, bajo el pretexto de aparentar una normalidad salpicada de sangre, se ofende el sentido común.