Ayer jueves, tras el entrenamiento matinal en el Ciutat de València. Joaquín Caparrós tuvo un nuevo contacto con el Levante. Esta vez, no fue algo tan serio como la reunión que mantuvo el utrerano hace dos semanas con Quico Catalán y Manolo Salvador. Pero el máximo responsable del cuerpo técnico se vio con uno de los directivos más influyentes del consejo de Orriols.
El autobús que portaba a los futbolistas del Levante a Manises llegó al aeropuerto a las 10:15 horas. El avión despegó hacia Granada pasadas las once de la mañana. El vuelo duró cerca de cincuenta minutos. La expedición aterrizó en la ciudad andaluza a las doce menos cinco del mediodía.
Joaquín Caparrós alineó a Pallardó, Sissoko y Sèrgio en el centro del campo. Rubén, fue el jugador que se quedó en el banquillo en detrimento del trivote de medios centros. El portugués jugó un poco más adelantado que sus dos compañeros.