Repasamos en este dossier algunas de las metamorfosis cinematográficas más notables de los últimos tiempos.
En J. Edgar, Leonardo Di Caprio se mete en la piel del fundador del F.B.I., J. Edgar Hoover, una de las personalidades más controvertidas del siglo XX. Su cambio físico (y el espectacular maquillaje) ha sido fundamental en la creación del personaje.
En La dama de hierro, Meryl Streep se transfigura en Margaret Tatcher gracias a unos dientes postizos, un buen cardado y un maquillaje que le endurece el rostro. La película se centra también en su vejez, donde todavía puede apreciarse más el trabajo de caracterización
Chaplin (1992), dio la oportunidad a un joven Robert Downey Jr. de darse a conocer gracias a este agradecido pero difícil papel por el que consiguió una nominación al Oscar.
En La vida en rosa, Marion Cotillard cambiaba radicalmente de imagen para encarnar a la cantante Edith Piaf. La transformación le sirvió a la actriz para sobreactuar un poco más de lo necesario, pero a la Academia de Hollywood le encantó y le dio un Oscar a la Mejor Actriz.
En I’m not There, de Todd Haynes, muchos fueron los actores que se convirtieron en Bob Dylan desde un buen número de facetas del cantante, pero fue Cate Blanchett la que más llamó la atención, no solo por convertirse en hombre, sino también por crear un personaje icónico y captar a la perfección el carisma del cantautor.
Una de las transformaciones más impactantes del cine español (con permiso de Juan Echanove en ‘Madregilda’), fue la de Javier Bardem en Mar adentro, la película de Alejandro Amenábar ganadora del Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa.
Era uno de los biopics más esperados y mucho se ha especulado sobre quién podría ser la mejor actriz que interpretara a Marilyn Monroe. Finalmente fue Michelle Williams quien se hizo con el papel protagonista de My Week with Marilyn.
En Gandhi, el actor británico Ben Kingsley nos regaló un recital interpretativo al ponerse la túnica del pensador y político Mahatma Gandhi. Personaje real y ficticio terminaron siendo como dos gotas de agua.
Las horas proporcionó a Nicole Kidman ese Oscar que tanto anhelaba gracias a su papel de Virginia Woolf en el que aparecía irreconocible con una nariz postiza.
La reina Elizabeth I de Inglaterra ha tenido múltiples rostros en el cine. Nos encanta Cate Blanchett en el díptico Elizabeth’ y ‘Elizabeth: la edad de oro, en la que interpreta a la reina de dos manera radicalmente opuestas: una más sobria y otra más desbocada. Pero sin duda fue en ‘Orlando’ (1992), de Sally Potter donde este personaje histórico nos dejó más anonadados al ser interpretado por el actor Quentin Crisp.
Los Miserables cosechó algunos premios por su paso a través de las diferentes galas estadounidenses, pero a pesar de que Hugh Jackman no ganará el Oscar al mejor actor por su papel en la película, debemos reconocer que su cambio físico, le hacía poco reconocible a ojos de los espectadores.
Matthew McConaughey se puso en la piel de Ron Woodroof, quien en 1992 fue sujeto de un extenso reportaje escrito por el periodista Bill Minutaglio para The Dallas Morning News. Con este papel, Mathew consiguió su primer premio Oscar al mejor actor, tanto por su increíble actuación, como por su cambio de aspecto físico.
Y para finalizar, repetimos película, Dallas Buyers Club, donde el papel secundario recayó en el actor Jared Leto, que daba vida a un transexual drogadicto, el cual le hizo ganar su primer Oscar a mejor actor de reparto.
Fuente: Sensacine