5.000 clicks de Playmobil en El Corte Inglés Avenida de Francia

Una gran exposición con más de 5.000 piezas de las colecciones más emblemáticas de Playmobil reviven en la 3ª planta de El Corte Inglés de Avenida de Francia dos momentos históricos muy diferentes, separados por cientos de años, pero con toda la magia y espectacularidad del «Territorio Playmobil». Los muñecos articulados de la eterna sonrisa son el material utilizado para representar con un increíble realismo todo el boato del Egipto de los faraones y la crudeza de una batalla que decidió la Guerra de Secesión Norteamericana en 1863, Gettysburg, Pensilvania.

Dos coleccionistas valencianos han recogido pacientemente todos los materiales necesarios para esta exposición que se podrá visitar libremente en El Corte Inglés de Avenida de Francia hasta el 14 de junio. Para los que hayan crecido con los clicks, conocer la muestra será un reencuentro con la infancia, y para los niños, asomarse a un maravilloso universo de fantasía al tiempo que disfrutar aprendiendo historia.

Asimismo, la «Caza del Infiltrado» es un juego asociado al «Territorio Playmobil», consistente en identificar al click que se encuentra camuflado en cada uno de los dioramas y que no corresponde a su época. Cada quince días se cambiarán los infiltrados y los niños que sean capaces de señalarlos correctamente rellenando el correspondiente boletín, participarán en el sorteo quincenal de un lote de productos Playmobil. En principio puede parecer sencillo localizar al intruso, pero son tantas piezas expuestas que no resulta tarea fácil.

GUERRA DE SECESIÓN – BATALLA DE GETTYSBURG
Pensilvania (Estados Unidos) – julio de 1863

Dos años han transcurrido desde la toma de posesión de Lincoln como Presidente de los Estados Unidos y desde el inicio de la Guerra de Secesión entre el ejército de la Unión y el ejército confederado, entre los estados industriales y abolicionistas del norte y los estados agrarios y esclavistas del sur.
Al mando de las tropas «azules», el general Meade, y al mando de las tropas «grises», financiadas por el lucrativo comercio del algodón, el astuto general Lee.
Las primeras batallas de la guerra fueron victorias para el ejército sudista, pero Gettysburg, la batalla con más bajas hasta esa fecha en los Estados Unidos, significó el punto de inflexión de la guerra, que empezó a decantarse hacia el lado yankee.
Desde el primer momento, ambos ejércitos reforzaron la zona, movilizando numerosas columnas de infantería y caballería, así como un importante número de piezas de artillería, que convirtieron el campo de Gettysburg en una carnicería.
En los dos años siguientes hasta el final de la guerra, nadie pudo olvidar esta sangrienta batalla.

ANTIGUO EGIPTO

Las pirámides se construyeron, para ser tumbas de reyes y nobles. Las primeras se construyeron con piedra caliza y han resistido el paso del tiempo, a diferencia de las construidas con bloques de adobe posteriormente. Los bloques de piedra utilizados en su construcción se transportaban por el Nilo desde lejanas canteras y se movían con tracción humana, sobre gruesos travesaños de madera, colocados en el suelo y por medio de robustas cuerdas, realizadas con papiros enlazados. Para acabar estas colosales obras se tuvieron que contratar multitud de escultores, pintores, herreros, aunque también se utilizaron esclavos, que trabajaron duro durante muchos años, supervisados por los arquitectos y sus ayudantes.

Aunque los faraones vivían en bonitos palacios, acompañados de su familia y un gran séquito formado por visires, sacerdotes, guardia real y escribas que anotaban todos los acontecimientos, a menudo asistían a los templos dedicados a distintos dioses. A los templos se accedía por caminos procesionales, muchos de ellos escoltados por hileras de esfinges y solían contar con muchos pórticos, con mástiles con banderas y colosales columnas y obeliscos.

Junto al Nilo surgieron aldeas, con casas construidas de ladrillos de adobe, muy económicos, muy abundantes y que permitían que las casas estuvieran frescas en verano y calientes en invierno. El Nilo proporcionaba agua, pescado y terrenos de cultivo, donde cultivar trigo y cebada para elaborar pan y cerveza, lino para hilar, legumbres, frutas y verduras. Además era la principal vía de comunicación, por la que barcazas con grandes velas de lino, navegaban, comercializando semillas, artesanía y otros objetos cotidianos.

A medida que el Imperio Egipcio crecía, su ejército fue profesionalizándose, aumentando en tamaño y fuerza, para protegerse de posibles atacantes. Los soldados se protegían con escudos de piel y utilizaban dagas curvas, hachas, arcos y lanzas. Se desplazaban a pie, a caballo y en carros. Se representa el encuentro de Marco Antonio, llegado de Roma y Cleopatra, última reina dinástica y que marca el fin del Antiguo Egipto.

Alejados de las ciudades importantes, se construyeron importantes templos, dedicados a dioses y excavados algunos de ellos a muchos metros de profundidad en la piedra arenisca. Se decoraban con grandes estatuas del faraón y albergaban salas con pilares y santuarios. Otros se levantaban como templos funerarios, con varias terrazas conectadas con extensas rampas.

Durante 3000 años los egipcios adinerados momificaron a sus muertos. Anubis, el dios chacal, supervisaba el proceso. Tras extraer los órganos, excepto el corazón, por ser donde se hallaba la inteligencia para los antiguos egipcios, se metían en los tarros canopes con sal natrón. También el cuerpo se cubría con sal natrón y se dejaba deshidratar. Sin humedad las bacterias que provocan la putrefacción morían, conservándose el cuerpo. Después era envuelto con vendas de lino y engalanado con joyas, que se introducía en ataúdes decorados.

Las momias reales eran enterradas, junto a muchos objetos valiosos en tumbas secretas excavadas en roca, al objeto de evitar que fueran profanadas y saqueadas por ladrones como era habitual cuando eran enterradas en las pirámides. Lamentablemente tampoco quedaron a salvo de los ladrones, que tras encontrar la entrada oculta, accedían a través de varios pasillos y escaleras decorados con jeroglíficos por maestros artesanos, salvaban el pozo destinado a proteger la tumba de inundaciones y atravesaban la antecámara para llegar a la cámara funeraria, llevándose todos los tesoros

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