LA UNIÓ de Llauradors demuestra que el agricultor valenciano es sobre el que menos repercute la subida de precio de algunas hortalizas y frutas a los consumidores

Agricultura quiere descartar la presencia del caracol manzana

La Conselleria de Presidencia y Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua ha iniciado este martes la campaña para proteger del ‘cucat’ los arrozales de la Comunidad Valenciana, que en esta ocasión incidirá también en hacer prospecciones para descartar la presencia del caracol manzana.

En concreto, durante más de tres semanas van a instalar, en colaboración con la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana, un total de 430.000 difusores con los que combatir, mediante un método biológico de confusión sexual, esta plaga en el entorno de las explotaciones dedicadas a la producción de arroz, según ha informado la Generalitat en un comunicado..

Este tratamiento se aplica en una extensión superior a las 15.200 hectáreas en las proximidades del Parque Natural de la Albufera y en los marjales de Pego-Oliva y de La Llosa y Xilxes, con el objetivo de evitar que el Chilo suppressalis Walker, también conocido con el nombre de barrenador o ‘cucat’ del arroz en la Comunidad Valenciana, ataque la caña del arroz, y llegue a producir la muerte de la planta afectada y en consecuencia una merma importante de la producción.

Se trata de un método que, según el Consell, ofrece «grandes ventajas», debido a que actúa específicamente sobre esta plaga y no afecta en ningún momento ni al resto de insectos útiles ni a animales superiores, además de no dejar ningún tipo de residuo.

Esta técnica de lucha contra el ‘cucat’ permite, a través de la colocación de unas varillas de madera con difusores de feromona sintética de la hembra del insecto, saturar la atmósfera que rodea el cultivo.

De este modo, los machos de esta especie no pueden detectar las pequeñas cantidades de feromonas naturales emitidas por las hembras existentes, con lo que se dificulta el apareamiento y se produce la confusión sexual, Para su adecuado funcionamiento, las varillas se colocan cubriendo toda la superficie de arroz, y con un marco de colocación de 18 por 18 metros.

Esta metodología cuenta con la aceptación por parte de los agricultores y además resulta de alto interés ecológico para el espacio en el que se encuentran ubicados los arrozales.

Con la experiencia de cada año y los estudios realizados por el Centro de Ecología Química Agrícola de la Universidad Politécnica de Valencia se ha ido reduciendo la densidad de colocación de feromonas, lo que ha reducido también un 46 por ciento el coste de esta técnica desde 2010, sin que su eficacia se vea reducida.

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