Aprendices de top model

Los desfiles de modelos amateur se han convertido en todo un reclamo para los jóvenes valencianos que quieren probar suerte en el mundo de la moda. Cada año que pasa, el nivel de los aspirantes es mejor, según afirman los organizadores de estos desfiles, pero también son más jóvenes y con más experiencia. 

Más de trescientas personas esperando tras el escenario. Los sonidos de la música acompasan cada latido del corazón, que late nervioso con cada segundo que pasa. La chica que va delante acaba de salir, en cuanto regrese será mi turno. Oigo mi nombre, el corazón se acelera, respiro hondo y recorro la pasarela. Cientos de ojos me miran, los flashes me ciegan, sonrío al jurado y vuelvo a mi sitio entre bambalinas. Y ahora, sólo toca esperar.

Ana Revert y Andrea García, ambas de 14 años, son de las primeras en desfilar por la pasarela ‘Nuevos modelos para Valencia Fashion Week’ que desde hace cinco años se encarga de buscar nuevos talentos para la semana de la moda. Son muy jóvenes, pero ya tienen experiencia dentro de este mundo. “He hecho desfiles anteriormente, y estoy trabajando mediante agencia” cuenta Ana; Andrea nos explica el proceso “Nos hicieron un book de fotos, y lo enseñan a los clientes que buscan a modelos con nuestro perfil de edad y nuestros rasgos”.

A este tipo de desfiles de lanzamiento llegan personas de todas las edades y de todos los rincones de la Comunitat Valenciana. Incluso llegan de lugares como La Rioja o Madrid a probar suerte en apenas diez segundos que dura el desfile entre aspirante y aspirante. El jurado toma nota de vez en cuando, pero no sólo la suerte está en sus manos, sino también en los ‘ojeadores’ de agencias de modelos que no se pierden detalle del desfile.

En el año 2010 una jovencísima Marta Ortiz se presentó a una prueba en un centro comercial en busca de nuevos rostros para Valencia Fashion Week. Con tan sólo 16 años, Marta deslumbró al jurado, ganó el premio de Modelo Revelación en 2011 y recorrió numerosas pasarelas internacionales como la de Madrid, Londres, Milán o París. Ésta es la inspiración de montones de jóvenes que acuden a este tipo de pruebas.

Alejandro Álvarez, un joven valenciano de 20 años al que vemos desfilar como si llevase toda la vida haciéndolo, nos confiesa “es la primera vez que hago esto. Me gustaría probar suerte y encontrar algo mientras encuentro trabajo estable”. Ellos se decantan más por los posados publicitarios y las sesiones de fotos; ellas prefieren los desfiles de alta costura.

 

Una evolución constante

El prototipo de los ‘maniquís’ de pasarela ha ido evolucionando con el paso de los años. En la década de los 80 las pasarelas las ocupaban modelos con cuerpo torneado y rasgos exóticos –Linda Evangelista, Naomi Campbell, Elle Macpherson– para pasar una década después a los cuerpos extra delgados, de pieles pálidas y frágiles cuyo máximo exponente fue la supermodelo inglesa Kate Moss.

Este estereotipo se mantuvo a lo largo de los 90 a pesar de que modelos como Gisele Bündchen o Heidi Klum, consideradas como más ‘curvilíneas’ ocuparan la primera línea de las pasarelas. Pero poco a poco las extra delgadas fueron ganando terreno y en los últimos años se han observado modelos con un aspecto poco saludable que hicieron sonar las alarmas debido a la influencia negativa que estaban ejerciendo en niñas de todo el mundo que querían alcanzar esos cuerpos casi esqueléticos.

El esquema se rompe en 2006 cuando la Pasarela Cibeles rechaza al 30% de las modelos por tener un índice de masa corporal (IMC) por debajo de lo saludable, y 6 años después La Semana de la Moda de Nueva York impuso una serie de directrices a sus modelos para que tuviesen un aspecto más saludable. Esta evolución se sigue manteniendo en pasarelas de todo el mundo y muchos países han impuesto la norma del IMC para permitir desfilar a las modelos.

Los modelos ‘amateurs’ saben que ya no necesitan ser extremadamente delgados para triunfar en el mundo de la moda. Son más importantes las tablas sobre el escenario, la seguridad en uno mismo y la experiencia. “He trabajado en varios desfiles en el Circuito de la Moda de Valencia, y he participado en numerosos castings de Valencia Fashion Week” nos cuenta Victoria Currás, una joven de 17 años que cuenta con el apoyo de toda su familia. “Estamos encantados de que Victoria se quiera dedicar al mundo de la moda” cuentan sus padres, que esperan verla desfilar en la prueba “aunque queremos que siga con sus estudios y deje lo de desfilar como un hobbie”.

En total a este casting se han presentado 162 personas; pero la maquinaria no para y el jurado y las agencias siguen su camino y harán dos paradas  más: Castellón y Alicante, en busca de talentos ocultos entre los jóvenes valencianos. Cerca de 500 jóvenes se presentan cada año a este tipo de pruebas, y con un poco de suerte, puede que de entre ellos esté la nueva (o el nuevo) Marta Ortiz.

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