Buenas prácticas medioambientales ¿necesidad o moda?

 

No soy muy amigo de los “día de…” porque aparece un aluvión de información en 24h, y al día siguiente ya es el “día de…otra cosa”. Resulta que hoy es el Día Mundial del Medio Ambiente. Basta con ojear las webs para poder encontrarse con guías para reducir la huella de carbono,  y decenas de buenos consejos dirigidos al ciudadano, la administración, etc.

En la web de la UNEP (Programa de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos), nos informan de que El Día Mundial del Medio Ambiente tiene como lema este año «Piensa.Aliméntate.Ahorra», una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos.

Según FAO, cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.

Teniendo en cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para el medio ambiente, el tema de este año, Piensa.Aliméntate.Ahorra, pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas 100% informados.

En el ámbito de la restauración, llevamos mucho tiempo alertando a las pymes de la importancia en el ahorro de materia prima. Un ejemplo, la guía de la fundación Alicia

Y, hoy he querido mostrarles que hay quien lleva las palabras a los hechos, señores:

Si quieren un día de costa, pasen por la playa de Piles, entre Gandía y Oliva. Ahí se encontrarán con un restaurante, el Gloriamar, que vive por y para la calidad y el cuidado del medio ambiente: tienen desde el 2008 instaurada una guía de buenas prácticas medioambientales para conocimiento y puesta en práctica de todos sus empleados, fomentando el ahorro energético de agua, evitando el exceso de deshechos, cuidando de utilizar bien el calor en las cocciones o el frío en la conservación de productos, etc. Además, el local dispone de placas solares, que además de la caldera de agua, tiene previsto utilizar para calefacción del suelo de su terraza. Busca un ahorro energético mediante la sustitución de iluminación tradicional por leds, detectores de presencia en pasillos, buscando la iluminación natural –esos ventanales frente al mar -, y , consciente de su huella de carbono,  plantan paulownias que mitiguen sus emisiones a la atmósfera, cosa que certifica una empresa eficiencia energética.

¿Son los clientes ajenos a todo esto? No, también reciben consejos en los aseos para el buen uso de la cisterna del WC, de las toallas de papel o del jabón lavamanos

¡Ah!, en 2009 recibieron el Premio Nacional de la FEHR por sus buenas prácticas medioambientales, pero eso, el trofeo en la estantería, cuando no se busca, es lo de menos…