Chicote crea escuela en Valencia

El próximo lunes, 27 de enero, el programa de La Sexta “Pesadilla en la cocina” inicia su tercera temporada. El mediático chef Alberto Chicote socorrerá a propietarios de restaurantes que han visto hundirse su negocio y que no disponen de las herramientas suficientes como para relanzarlo. La crisis, unido a los escasos conocimientos del sector, han hecho que muchos de estos emprendedores restauradores busquen salidas hasta en programas de televisión con tal de sacar adelante su restaurante. Pero en no pocas ocasiones la realidad supera a la ficción y también en otras muchas, programas y series de televisión han hecho que profesiones se hayan puesto de moda o, simplemente, se hayan creado. Es decir, el salto de la televisión a la realidad es cada vez más pequeño.

El joven emprendedor de Xàtiva, Jonathan Prats, es un buen ejemplo. El vio en las destrezas de Chicote una forma de ganarse la vida y en los estragos de la crisis una ocasión de ayudar. A sus 33 años y con más de la mitad entre fogones, se ha reinventado y dice ser asesor gastronómico, una especie de Chicote sin cámaras de televisión tras él, que corre al auxilio de propietarios de restaurantes para darle un aire nuevo a la carta y atraer clientes.

Jonathan  asesora sobre cómo aprovechar al máximo los alimentos, ahorrarse unas pesetillas en la compra de productos, siempre de buena calidad, estudiar la zona donde está ubicado el restaurante y las posibilidades de ampliación de negocio, o simplemente dar una presentación más apetitosa a los productos expuestos en la barra. Todo es posible para Jonathan.
Cuando me entrevisto con él en la Cervecería Gran Vía 35 de Valencia, regentada por Alexander Valdés, el menú del día incluye un primero: Ensalada tibia de queso de cabra y pollo a la vinagreta con miel y mostaza; un segundo: dorada o solomillo ibérico al gusto; y un tercero: torrijas de gofres con helado de vainilla y chocolate. Bebida y café incluidos por ¡9 euros! “Cocina de autor rica, con buenos productos y a un precio asequible”, explica Jonathan sobre su creación del día.

«En plena crisis, y con la competencia, hay que ofrecer al cliente un menú diferencial pero sin subir el precio. Un menú creativo», indica.

Lejos han quedado pues las lentejas y el potaje, de primero, y los huevos con chorizo o la pechuga empanada con patatas, de segundo, para dejar paso a la ensalada tibia de queso de cabra con cebolla crujiente y vinagreta de salmorejo con jamón ibérico y huevo pochado, de primero, y el calamar playa con tártara y patata cerilla a la salsa Mery o la suprema de solomillo con parmentier de patata y salsa española, de segundo. Ahí es nada.
Jonathan asesora en estos momentos en Valencia a tres restaurantes, pero nos explica que también tiene clientes en Barcelona y que para el año que viene dará el salto a Los Angeles. Mientras tanto está inscrito para optar a Mejor Cocinero del Año, sigue dándole vueltas a la cabeza para ofrecer a sus clientes posibilidades imaginativas para atraer a más público. Se nota que disfruta con su trabajo. “Ahora me están funcionando muy bien aquí los montaditos de autor y la croquetitas hojaldradas”, afirma. Es decir, que las tapas de callos, el pincho de tortilla, las bravas o las almendritas de toda la vida han pasado a la historia.
La crisis aviva la imaginación y Jonathan Prats es buena prueba de ello.

Ir arriba