Ahora bien, no todas las personas cuetan con las mismas habilidades y «armas» de seducción. Hay hombres y mujeres que son realmente expertos en el arte de seducir, a los que les resulta mucho más fácil alcanzar objetivos, tal y como explica a VLC News el psicólogo y experto en la materia, Fernando Pena.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa, la seducción tiene más bien poco que ver con el atractivo físico y mucho que ver con las habilidades sociales y la química que se despierte entre dos personas, asegura Pena, quien añade que «sólo tienes que pensar en varias parejas que conozcas bien y darte cuenta de que, aún habiendo seducido, ninguno de ellos son el típico modelo de pasarela».
La seducción no se aplica sólo en las relaciones interpersonales con fin afectivo/sexual. También en los procesos clásicos en el mundo de los negocios.
Además del físico, la «química» es un elemento poco conocido «a pesar de que son muchas las voces que aseguran que la seducción está guiada por feromonas que se captan por el olfato de una forma inconsciente y generan una atracción hacia esa persona», apunta.
Si bien esta «química» es un campo con poca evidencia empírica, Fernando Pena sí pone enfasis en las habilidades sociales «que sí son un asunto mucho más estudiado» y demuestra que están íntimamente relacionadas con la capacidad de seducir. Entre ellas, éstas son las clave:
– La escucha activa: Prestar atención a lo que la otra persona nos cuenta, interesándonos por ello, y dándole señales verbales y no verbales de estar escuchando.
– El sentido del humor: La mayor parte de las personas afirman que lo que más les atrae de otra persona es «que les haga reír». Tanto el sentido del humor como tener una actitud positiva hacia la vida son elementos fundamentales.
– La seguridad en uno mismo: Las personas seguras se destacan como más seductoras.
– El almacén de datos: Supone recordar y dar a entender que recuerdas los contenidos de las conversaciones que has mantenido con la persona que tratas de seducir. Recordar incluso los detalles superficiales juega un papel de peso.
– El halago: Ofrecer piropos a la otra persona es uno de los elementos que más influye en que le atraigamos. Las personas tenemos habitualmente una cierta necesidad de aceptación y de agradar. El halago es una forma de satisfacer esta necesidad de la otra persona. Los piropos más efectivos son aquellos que son sutiles, sencillos y adaptados a la persona que los recibe.
Asimismo, este psicólogo, quien es además vicepresidente de la Asociación Nacional de inteligencia emocional (ASNIE) afirma que un factor clave en el comienzo y desarrollo del proceso de seducción es, precisamente, la intelegiencia emocional. «Ver a una persona que te atrae y pensar en acercarte a conocerla, te disparará una cierta ansiedad que en algunas personas es muy elevada, por lo que ser consciente de tus emociones te ayudará a controlarlas para que obtengas el resultado más deseado».
También considera muy importante analizar y ser conscientes de que «esa ansiedad» proviene del miedo al rechazo, por lo que hay que dar un valor relativo a ese rechazo.
Fernando Pena, quien ha ofrecido numerosas conferencias sobre seducción, añade que «muchas personas al no ser conscientes de este miedo, no tratan de racionalizarlo y se dejan bloquear por él. A partir de aquí, abortan el intento de seducir».
Al suponer la inteligencia emocional un control voluntario de tus emociones, «una persona con una inteligencia emocional alta va a ser más capaz de detectar y analizar ese miedo para luego frenarlo, de tal manera que se pueda acercar con más tranquilidad a la persona que trata de seducir y aplicar todos puntos señalados anteriormente», puntualiza.
Seducirás más si tienes una inteligencia emocional alta. La habilidades de inteligencia emocional se pueden aprender, entrenar y desarrollar.
La seducción, como señala Pena, no se aplica únicamente en las relaciones interpersonales con fin afectivo/sexual pues existe también una clara aplicación de los procesos clásicos de seducción al mundo de los negocios.
Así, el experto destaca la relación elevada entre las habilidades de seducción de los vendedores y los resultados en ventas. Está comprobado, añade, «que aquellos comerciales que aplican las estrategias de seducción que he citado obtienen unos resultados significativamente mejores en sus ventas» además de fidelizar más al cliente y conseguir que vuelva a comprar.
Explica también Pena que los directivos y mandos intermedios formados en cursos específicos de habilidades de seducción se muestran, asimismo, más influyentes en sus equipos de trabajo. Y de igual forma, la formación en habilidades de seducción a toda la plantilla genera equipos más cohesionados y mejora los resultados del trabajo final del conjunto.