Color de verano

 

Da igual que el destino sea playa o montaña, tras la vuelta de las vacaciones todo el mundo desea lucir un buen bronceado como recuerdo de sus merecidos días de descanso. Horas y horas tumbados al sol con el objetivo de obtener un buen ‘moreno’, algo a lo que hay que poner especial atención ya que nuestra piel se expone a una abrasión intensiva.

Durante los últimos años el secreto de conseguir un bronceado de infarto duradero incluso en los meses de invierno residía en las sesiones de rayos UVA. Estas cabinas bronceadoras empiezan su particular ‘operación bikini’ en el mes de abril y continúan su jornada intensiva hasta bien entrado el verano. “Las cabinas empiezan a usarse a pleno rendimiento a partir de fallas hasta finales de julio” nos cuenta Lindaraixa, dependienta de Solmanía.

En el mundo del bronceado artificial la tecnología ha avanzado mucho e incluso existen alternativas a las cabinas tradicionales de tubos, que incorporan barras de colágeno que estimulan la piel para lucir un bronceado más luminoso sin resecar la piel. Las sesiones se adaptan al tipo de piel de cada individuo a precios muy asequibles, entre 3 y 18 euros por sesión.

“Muchas personas acuden a los centros de rayos UVA antes de ir a la playa para activar la melanina de la piel y evitar quemarse en la playa durante las vacaciones” añade Lindaraixa. La gente cada vez está más concienciada con los peligros de tomar el sol sin protección en la piel y el temor a las quemaduras es más una preocupación por su salud a largo plazo que las molestias que causan.

Los fabricantes de bronceadores y cremas solares se hacen eco de estos temores, y en sus nuevas ‘colecciones’ de verano incorporan productos con una alta protección – normalmente de más de 50 – para mayores y pequeños. Protectores solares para pieles sensibles copan los estantes de las tiendas, e incluso existen cremas faciales de factor de protección 50 con maquillaje para evitar ofrecer una cara fantasmal los días de playa o piscina.

Las cremas con aromas de coco o zanahoria dejan paso a una nueva generación de bronceadores de texturas ligeras, semi-acuosas que permiten una rápida aplicación agradable y refrescante. A pesar de no dejar rastro en la piel, ofrecen una protección alta frente a los rayos solares y la utilizan tanto deportistas en la arena como familias enteras.

 

Nueva generación de aceites

Los aceites bronceadores, que hace diez años estaban en auge por acelerar el moreno, se han mejorado e incorporan factor de protección solar para evitar que una quemadura nos amargue las vacaciones. En farmacias, el aceite bronceador de tacto seco ‘Uresim’ es lo más vendido para adultos, a pesar de que nos cuentan que las cremas bronceadoras se venden en su gran mayoría para niños.

Siguen existiendo aceites bronceadores sin protección, pero su utilización siempre ha de hacerse con cabeza: pueden llegar a sufrirse quemaduras de primer grado. Su uso sólo se recomienda en pieles muy bronceadas y en períodos de exposición al sol breves, nunca en las horas centrales del día donde los rayos solares son más intensos. 

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