David Bowie

David Bowie: músico revolucionario y catalizador de tendencias

David Bowie: músico revolucionario y catalizador de tendencias. “Quizá esté loco, pero siempre he tenido una repulsiva necesidad de ser algo más que un humano”, afirmaba David Bowie con determinación. Y es que el rey del glam rock era, sin lugar a dudas, un ser “extraterrestre”, un genio como pocos, que se atrevió a desafiar lo establecido –no sólo en el mundo de la música, sino también en otros sectores como el de la moda– y construyó un nuevo universo creativo en el que verse reflejado. Andrógino, expresivo y camaleónico, David Robert Jones (así se llamaba en realidad) falleció el pasado 10 de Enero a los 69 años víctima de un cáncer. Una enfermedad contra la que llevaba luchando 18 meses y que el mundo entero desconocía, a excepción de sus familiares más íntimos.

Incontables son las celebridades que han lamentado su inesperada pérdida, tan solo unos días después del lanzamiento de su último álbum Blackstar. Y es que Bowie, nacido en el barrio londinense de Brixton, se convirtió inmediatamente en fuente de inspiración para músicos, artistas, cineastas y diseñadores. Su capacidad de reinvención y su ausencia de miedo a la hora de mostrar ante el público su extravagante personalidad lo encumbraron como uno de los grandes iconos del siglo XX. Tan grande que hasta el Victoria & Albert Museum de Londres le dedicó una exposición en 2013.

Más allá de su influencia en la música, David Bowie cambió la historia de la moda para siempre a través de una concepción única: usar las prendas como vehículo para expresarse. A través de sus excéntricos estilismos, reflejaba las distintas facetas de su personalidad, su identidad momentánea, sus emociones pasajeras. Desde sus inicios andróginos en The man who sold the world hasta su imagen de dandy ya en los años 80, Bowie sufrió notables transformaciones estéticas a raíz de la creación de sus diferentes alter egos.

Tras recoger influencias de sus colegas de la Factory a principios de los 70s, entre los que se encontraban Andy Warhol, Iggy Pop y Lou Reed, dejó atrás su atuendo mody se preparó para encarnar a Ziggy Stardust, estandarte del glam rock. Un año más tarde, nació Aladdin Sane y con él, un referente cultural en forma de rayo estampado sobre el rostro de Bowie, que hacía referencia a la esquizofrenia que sufría su hermano y que temía padecer él también.

El diseñador japonés Kansai Yamamoto fue el encargado de crear los conjuntos con los que el artista británico desplegaba su poderío sobre el escenario. Monos ajustados plagados de estampados psicodélicos que, junto a un maquillaje excesivo y a un característico color de pelo, provocaron la aparición de un auténtico fenómeno de masas. La característica chaqueta de rayas con grandes solapas y hombreras afiladas que lució Bowie en el año 73 ha sido objeto de inspiración constante para el mundo de la moda e importantes diseñadores como Jean Paul Gaultier, Alexander McQueen, Sonia Rykiel o Raf Simons para Dior han basado sus colecciones en esta primera etapa de su carrera.

A finales de los 70, con la aparición de The Thin White Dukeo “El delgado duque blanco”, Bowie desarrolló un estilo más sobrio y sofisticado, al mismo tiempo que su personalidad se vio oscurecida por el efecto de las drogas. El technicolor y los estampados tapiz dejaron paso a los trajes de chaqueta y el cigarrillo se convirtió en su complemento fetiche. Dries Van Noten rindió su particular homenaje al llamado “nuevo romanticismo” de Bowie en su colección O/I 2011, que coincidió con el 35 aniversario del lanzamiento del álbum Station To Station. Pero, el diseñador belga no ha sido (ni será) el único en alabar su infinito legado. El nombrado “Hombre mejor vestido del mundo” ya no está con nosotros. Tal vez porque nunca perteneció a este planeta.

Artículo colaboración de Cris Pastor

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