Descubren la historia oculta en La Bastida de les Alcusses

Un equipo de 15 arqueólogos dirigido por Helena Bonet y Jaime Vives Ferrándiz ha finalizado la campaña de la Diputación en “La Bastida de les Alcusses” de Moixent con la confirmación de que el afamado poblado ibérico tiene una historia compleja en la que se diferencian con claridad cuatro fases distintas de ocupación o habitación.

La diputada provincial de Cultura, María Jesús Puchalt, ha felicitado a los arqueólogos del Servicio de Investigación Prehistórica “por la excelente labor desarrollada enLa Bastida, catalogada como Monumento Histórico-Artístico desde 1931, que es una de las investigaciones pioneras desarrolladas por la Diputación de Valencia”.

Puchalt ha recordado que desde hace casi 25 años, el SIP desarrolla un proyecto de puesta en valor de la Bastida en colaboración con la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Moixent. Además de ser un yacimiento visitable desde hace años, La Bastida también organiza unas jornadas dramatizadas que este año se celebrarán los días 13 y 14 de septiembre.

Tal como ha explicado Jaime Vives, “después de tres años de excavación y estudio de las fases de habitación podemos aseverar que hay cuatro amortizaciones –o reformas- de estructuras y es posible que también hayan sido habitadas por gentes distintas, sobre todo en las etapas anterior y posterior al gran incendio que arrasó y destruyó el poblado”.

Regreso al poblado tras el incendio

“La Bastida tiene muchas historias y una de las que ya podemos aventurar es que en la fase final de habitación, tras la destrucción y abandono casi generalizado, sí hubo un pequeño grupo humano, quizá un destacamento de vigilancia, que volvió o permaneció en el poblado”, explica Vives.

Según el codirector de la excavación, “todo esto no cambia la cronología o fechas de ocupación con las que ya veníamos trabajando, desde finales del siglo V a. C. hasta mediados del IV a. C.. Lo nuevo en esa franja temporal es que hay más historia, hay más cosas que han pasado en un mismo poblado. Lo relevante es la certeza de que ha habido cuatro grandes estructuras urbanas sucesivas”.

Un edificio singular que no es una casa

El poblado de Les Alcusses, fundado por los iberos en la cima de la montaña, tiene una extensión de cuatro hectáreas, de las que ya han sido excavadas aproximadamente un tercio, y fue protegido por sus moradores por una muralla con cuatro puertas y tres torres.

Desde hace tres años, los trabajos de excavación se centran en las inmediaciones del Puerta Oeste, donde, además de detectar las fases de habitación, “también hemos hallado un edificio singular, muy próximo al gran horno culinario descubierto el año pasado, aunque con cronología distinta”.

Las dimensiones del nuevo edificio descubierto en esta campaña aún no se pueden calcular “porque sólo hemos sacado a la luz una fachada, un muro, pero ya desvela una arquitectura especial, en la que se hay una escalera y decoraciones arquitectónicas con barro trabajado, enlucidas y encaladas –pintadas de blanco-. Lo que es no lo sabemos, pero sí lo que no es. No es una casa o vivienda al uso, como las que ya se conocen. No hay nada igual en toda La Bastida, ni en los poblados coetáneos de la zona”, explica el arqueólogo.

Jaime Vives ha comentado que aún falta investigar y comparar con más zonas, excavar más, para poder responder a los grandes interrogantes que ha abierto el descubrimiento de la singular construcción que presenta una planta inusual de lados redondeados.

Predilección por los higos

Tras tres semanas de excavación, lo próximo es procesar toda la información, todas las piezas y hallazgos obtenidos. “Nos llevará meses estudiar todo el material y plantear una estrategia de excavación para ver el edificio en su totalidad y qué tiene realmente”.

Casi todas las piezas halladas en la zona excavada son objetos cerámicos –tinajas, platos, ollas- muchos de ellos con productos alimenticios entre los que abundan los higos. “El gran incendio también quemó los alimentos y eso ha sido crucial para permitir su conservación.

“También hemos hallado algunos objetos de metal –de plomo o bronce – como algunas fíbulas –imperdibles para sujetar la ropa- o pequeños punzones, pero en todo caso son objetos muy fragmentados”, apunta Jaime Vives Ferrándiz.

Trabajos de la cuarta generación

El equipo de arqueólogos de La Bastida, integrado por universitarios de Valencia, Alicante y Pisa, ultima el acondicionamiento de la excavación para salvaguardar los recintos excavados y las estructuras halladas.

Para ello, cubren con tela geotextil las zonas a preservar del crecimiento de vegetación y de los agentes ambientales, porque aún quedan muchas campañas de excavación por delante. Según Vives, “quedan generaciones por excavar. Yo pertenezco a la cuarta generación de conservadores que trabaja en la Bastida –las primeras campañas se realizaron en los años 20 del siglo pasado- y sólo conocemos un tercio del yacimiento”.

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