El CVC quiere salvaguardar el Convento de la Trinidad

El pleno del Consell Valencià de Cultura (CVC) ha manifestado su preocupación por la situación del Convento de la Trinidad en Valencia después de que se haya anunciado que la comunidad de religiosas de la orden de las Franciscanas Clarisas lo dejarán a causa de que solo quedaban cuatro monjas, de avanzada edad, y algunas con problemas de salud. Ante este hecho, la institución cultural insta al Ministerio de Cultura, a la Generalitat y a la Iglesia a actuar para salvaguardar el monumento, uno de los «ejes principales de la cultura, la historia y el patrimonio valenciano».

Así, durante la sesión plenaria se ha leído una carta que el presidente del organismo consultivo, Santiago Grisolía, ha remitido al Ministerio de Cultura en la que le pone al tanto de los últimos acontecimiento y le recuerda anteriores informes del CVC, en los que se subraya la relevancia cultural del monasterio y se recomienda llegar a un convenio con la orden para incorporar, sin unirlo físicamente, este edificio religioso como una «extensión» del Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V, de titularidad estatal y gestión autonómica.

El profesor reconoce en la misiva que se trata de una «gestión compleja», debido a los múltiples agentes implicados, pero, precisamente por eso, reclama que se tomen cartas en el asunto, «a ser posible con celeridad», para que tan valioso legado histórico «no caiga en el olvido».

Los consejeros han mostrado su apoyo a esta acción del presidente y han instado además a pedir la reactivación de la comisión mixta Generalitat-Iglesia para tratar esta cuestión. El más vehemente ha sido Ricardo Bellveser, quien ha recordado algunos de los datos más importantes del convento, como que alberga el sepulcro de la reina María de Castilla o que guarda los dictámenes médicos en valenciano del escritor Jaume Roig.

«Es un auténtico monumento a la lengua», ha subrayado el consejero, que ha anunciado que se invitará a la Comisión de Legado al especialista Daniel Benito-Goerlich, para que informe de los tesoros que allí se encuentran.

Por su parte, Glòria Marcos ha pedido a las administraciones públicas que se pongan manos a la obra con rapidez, puesto que el cierre del monasterio puede deteriorar mucho lo que haya en el interior, mientras que Francisco Pérez Puche ha considerado que la sensibilidad que siente el CVC respecto a este tema no se ve secundada en otra instituciones. «No he oído decir nada ni al Ayuntamiento, ni a la Diputación ni a las universidades», ha puesto como ejemplo.

 

Grisolía informará a Wert y Fabra

Santiago Grisolía ha recogido estas opiniones y ha manifestado que escribirá directamente al ministro del ramo y que se lo comentará al jefe del Consell, Alberto Fabra, en una reunión que tiene fijada.

Durante el turno de ruegos y preguntas, los integrantes del CVC también han expresado su inquietud por el estado de otros bienes  culturales de la ciudad de Valencia. De este modo, Vicente González Móstoles ha recordado que el CVC inició hace tiempo una serie de comparecencias para elaborar un documento sobre el plan urbanístico del barrio del Cabanyal pero que, pese a ello, al final no se redactó ningún dictamen o informe.

En este punto, y dada las últimas novedades «jurídicas y políticas» que se han producido sobre el proyecto, González Móstoles ha interrogado a Grisolía por si no es ya momento de que el CVC adopte una postura propia para que contribuya a una solución «de concordia» para esa zona de la capital. A esta cuestión, el presidente ha replicado: «Yo no toco eso ni con una lanza de diez metros».

Por último, Ricardo Bellveser ha solicitado a Grisolía que pida al Ayuntamiento de Valencia una mayor concreción sobre cómo se va a implicar para mejorar el Colegio Mayor de la Seda.

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