Excesos de comidas en Navidad y las dietas

El error de hacer borrón y cuenta nueva con las dietas milagros

El nutricionista del Hospital de Manises Marc García ha advertido de los peligros de las dietas milagros tras las Navidades, ya que «en este mundo de la inmediatez en el que vivimos, muchas personas buscan perder el peso ganado de forma rápida, siguiendo dietas milagros, a veces muy restrictivas, que comprometen el estado nutricional y la salud«. La última de ellas, la ‘dieta del azúcar«.

Así, constata que en Navidades realizamos comidas abundantes y largas, con aperitivos y picoteo, postres, bebemos más alcohol y refrescos, hacemos largas sobremesas pasando más horas sentados, reducimos la actividad física y en enero, con el nuevo año, «queremos hacer borrón y cuenta nueva».

Por ello, proliferan las dietas milagros en estas fechas que son una de las principales preocupaciones de los expertos en nutrición. «Todos los años, especialmente después de la Navidad, aparecen algunas que prometen una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo de la mano de algún personaje famoso. Algunas son ya viejas conocidas, como la dieta de la Zona, Dukan, la dieta del Dr. Atkins, la dieta Gourmet, la dieta de la piña o la dieta de la alcachofa. Este año además alertamos una nueva moda conocida como la ‘dieta del azúcar», explica García.

Así, esta fórmula propone evitar todo tipo de azúcar, lo que puede llevar a confusión. Al respecto, explica que reducir el consumo de azúcar blanco y de productos que lo contengan (galletas, magdalenas, refrescos, néctares, etc.) es «por supuesto muy positivo».

No obstante, alerta que reducir también el consumo de alimentos naturales como la fruta, verduras y hortalizas o lácteos, con motivo de su contenido en glucosa, fructosa o lactosa, será «perjudicial para la salud». Además, señala que «para sustituir este azúcar, a veces promueven el uso de sirope de agave, jarabe de arce o melazas, que son principalmente azúcares. Famosos como Tom Hanks o Alec Baldwin dicen haber seguido esta dieta, que supone una auténtica contradicción», asevera García.

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