El limoncello valenciano de naranja cruza el charco

‘Federica’ se prepara para cruzar el charco. Después de viajar a 14 países en sólo tres años, la réplica valenciana al limoncello italiano se podrá beber tambien en Estados Unidos a partir de este año, según han avanzado fuentes de Arancello, la innovadora firma que ha creado esta bebida 100% valenciana.

La aventura americana de este producto gastronómico gourmet incluye también escalas en México, Costa Rica y Colombia, añadieron estas mismas fuentes.

El licor fabricado en bodegas Pago de Tharsys de Requena con naranjas de la tierra, ingredientes naturales y de manera artesanal bajo «secreto del enólogo» se consume ya en Alemania, Bélgica, Inglaterra, Portugal, Grecia, China, Japón, Líbano, entre otros.

Incluso Italia, de donde se importó la idea, tras un viaje por la costa Amalfitana. «Si los italianos hacen licor con sus limones por qué no hacemos los valencianos licor con nuestras naranjas», explican sus promotores.
Nació así ‘Federica’, un sabor nuevo con una imagen «rompedora» de la artista Eva Armisen, una pintora zaragozana afincada en Barcelona y que ha dejado su sello en Valencia.

Ahora la familia ha aumentado con ‘Celestino’, el limoncello del amor, como han bautizado al nuevo licor, y que conforman la ‘citric family’ y con ‘Federica cream’, una crema de naranja.

La vocación de esta creación es ser un «producto global porque lo es la naranja». «Sacamos adelante el producto y el nombre para que pudiesen llegar a cualquier parte del mundo», como ha sucedido.

El objetivo de sus creadores, es que el licor de naranja «sea un básico en los lineales de todo el mundo», que se convierta en «el Martini español, conocido en cualquier parte».

Pero no solo del mercado vive ‘Federica’, también ha sido reclamada en el ámbito de la investigación para colaborar en el curso ‘Cómo cocinar el éxito’ de la cátedra de Cultura Gastronómica Ferran Adrià de la universidad Camilo José Cel.

Sus creadores recomiendan que se tome ‘Federica’, que tiene 30 grados, «muy frío o con hielo» y aseguran que «dejar un regusto anaranjado durante mucho tiempo. Es como darle un bocado a una riquísima naranja de Valencia».

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