Érase una vez, el héroe Galavant, matador de dragones, protector de los inocentes y defensor de los menos afortunados. Pero un día, el malvado rey Ricardo se enamoró de Madalena de Galavant, y la secuestró para casarse con ella. El día de la boda, Galavant luchó para rescatar a su amor. Y mientras que aquí es donde la mayoría de los cuentos de hadas terminan felices para siempre, es donde la historia comienza: Madalena aturde a Galavant cuando ella anuncia que elige la fama, la fortuna y la corona rompiéndole el corazón.
Cinco años más tarde, encontramos el héroe sumergido en la depresión y el alcohol hasta que la princesa Isabel de Valencia le encomienda una misión: salvar el reino de la princesa del infame rey Ricardo.
Esto es Galavant, la nueva serie de la ABC. Se trata, simplemente, de una comedia que en la que ni siquiera su propia cadena confiaba. Cada semana estrena dos capítulos y ha conseguido unas audiencias bastante dignas, a pesar, de que coincidía con fútbol americano y Los Simpsons.
Dan Fogelman (Crazy, Stupid, Love; Enredados; Cars) se une al galardonado equipo musical del compositor Alan Menken (La Sirenita, La Bella y la Bestia) y el letrista Glenn Slater (The Little Mermaid, Enredados) para un cuento de hadas de comedia musical de proporciones épicas.
Con unas gotas de Robin Hood, otras de La princesa prometida, algo de los Monty Python y también del ogro más famoso de la gran patanlla, Shrek, la cadena de la ABC nos trae una serie con divertidos golpes de humor, buenas escenas musicales y una galería de secundarios emergente. Algo que ayuda a digerirla es la duración de sus episodios, 20 minutos. Una serie que bien gestionada, podría tener continuidad en un futuro.