El síndrome del tiempo libre, si se acepta la existencia del síndrome post vacacional, no debe extrañar que pueda existir también un síndrome asociado al ocio, aunque en la actualidad no se haya demostrado con análisis comparativos, por lo que no podemos hablar de enfermedad, aunque sí de terapias diseñadas al respecto como Técnicas de relajación Mindfulness. Según el psicólogo Tony Crespo, el Síndrome del tiempo libre, es independiente de la estación de año en que nos encontremos, ya sea verano o invierno. Muchas personas, nada más empezar las vacaciones sufren un suplicio por culpa de un malestar general muy similar a los síntomas que preceden a una gripe (como el dolor de cabeza, migrañas, fatiga, daño muscular, náuseas, etc.). Según Crespo, las posibles razones, todavía inexplicables hoy en día para la ciencia, impiden al organismo saborear el descanso vacacional tras todo un año de trabajo. Estas vacaciones a veces no son sinónimo de paz y descanso, porque el cambio de los hábitos diarios y las condiciones climáticas trastocan la idílica pausa a la batalla de rutinas invernales (trabajo, casa, niños etc.), con el riesgo de exponernos a patologías diversas, o lo que en argot psicológico llamaríamos: enfermar por dejar de trabajar.
El psicólogo Tony Crespo señala que sobre este tema no existen muchos artículos científicos que fundamenten su existencia, sí bien sí que hay estudios que valoran que alrededor del 5% de la población puede padecer este trastorno durante los periodos vacaciones.
El psicólogo nos explica cual es el perfil de los afectados por dicho Trastorno. El perfil medio de las personas que presentan esta patología, está definido por una personalidad perfeccionista, y con gran sentido de la responsabilidad, además de verse a diarios con una carga excesiva de trabajo. Estas personas sienten una preocupación continua por su mundo externo de forma que en ambientes de estrés su atención se desvía de los posibles síntomas problemáticos, si bien por el contrario, en los momentos de relajación o vacaciones empiezan a sentir «el mono» de adrenalina, que es un índice de alerta sobre las señales del organismo. Esta condición podría demostrar la capacidad de los individuos de posponer la enfermedad a un momento más adecuado, al tiempo que aportaría un valor positivo al estrés como factor de resistencia a patologías. Tony Crespo contaba a Valencia News, Alicante News y Elche News, que lo que sí tienen en común todas las personas que lo sufren, es un patrón asociado al estrés, la ansiedad o la depresión. Y aunque la sensación de ansiedad no es peligrosa, sí que conlleva a una sensación de no haber descansado en las vacaciones y regresar sin las pilas recargadas. Aunque a primera vista los ritmos laborales no sugieren la idea de bienestar o de salud, el trabajo en sí, es saludable siempre que esté estructurado en un tiempo; el problema se acentúa cuando por ejemplo personas que han ocupado cargos de mucha responsabilidad se jubilan acabándose muchas de sus obligaciones y, con ellas comienza la incapacidad de gestionar el tiempo libre con actividades no laborales. A estos efectos cabria sumarle sentimientos de soledad por el abandono de los círculos sociales habituales o la pérdida de rutinas laborales que eliminan el horario organizado y la capacidad de gratificación suelen ser momentos que favorecen los recuerdos del pasado o el replanteamiento de la vida, además de suponer periodos junto con la familia, que a su vez pueden acentuar la tensión convirtiéndose en una fuente de conflictos ante decisiones básicas.
Las recomendaciones que Crespo nos da para trabajar este síndrome son tan sencillas como el descanso activo, que incluye huir de planes que consistan en encerrarse en casa y ver la televisión durante todas las vacaciones o en una hamaca en la piscina bajo un sol abrasador.
El remedio desde una perspectiva psicológica, reside en diseñar un buen plan de actividades y elaborar un listado personal con los problemas que solemos asociar con las vacaciones o de tiempo libre, buscando el lado positivo a los posibles inconvenientes. Aun así, debemos percatarnos que el tiempo de ocio y las vacaciones deben ser una oportunidad única para el cuidado personal independientemente de padecer o no patología alguna, por lo que debe fomentarse acciones saludables para evitar enfermar y mantener en buenas condiciones de nuestro sistema de defensas. Algunas otras recomendaciones serian practicar deportes de exterior a un nivel suave, y la ingesta de proteínas animales y vegetales, pero sobre todo aprovechas la vitamina D del sol y de los alimentos para la operatividad de algunos mecanismos inmunológicos y como no, aprovechar para hacer algo tan típico como es una buena siesta de 30 minutos (con el móvil en silencio y el WhatsApp apagado, ni Facebook, ni Twiter…). Resumiendo, todo aquello que durante el resto del año no puedes hacer.