En busca de la salud perdida

Ahora que la OMS ha recordado la “ingenuidad” de los ciudadanos sobre el importante papel que la dieta tiene como factor de riesgo o prevención del cáncer, estaría bien recordar todos aquellos otros aspectos que contribuyen a nuestra salud o enfermedad y que son pequeñas opciones que elegimos cada día.

Dentro de casa, en la calle, en el tiempo de trabajo, al adquirir productos, en nuestros hábitos de higiene, en el ocio, incluso en nuestra forma de relacionarnos, navegamos entre buenas y malas prácticas que acaban sumando o restando a nuestra salud. Algunas son muy obvias y en otras no reparamos nunca y están debilitando nuestro organismo.

He recopilado recomendaciones de profesionales de la calidad de vida para preparar una particular y rápida Guía de Buenas Prácticas de Salud que puede servirte para autoevaluar cuántas opciones saludables tienes incorporadas a tu día a día y cuantas puedes mejorar.

Respecto a la alimentación:

No comer nunca en exceso. Intenta dejar siempre un 20 % libre en tu estómago. A menos comida, menos radicales libres (menor envejecimiento).
-Si tragas, no comes, engulles. Masticar un mínimo de cuarenta veces cada bocado.
-Un niño no debe comer como un anciano. Ni un adulto como un adolescente.
-El microondas destruye las moléculas de los alimentos (los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas generan nuevas moléculas que el cuerpo no puede metabolizar). No utilizarlo para cocinar
-Tampoco deberíamos cocinar los alimentos por encima de su capacidad para aguantar el calor.
-No comer alimentos mal conservados.
Lavar siempre muy bien las frutas y verduras y pelar las que no sean orgánicas.
-Desechar los alimentos quemados.
-No consumir alimentos irradiados (no nos aportan nada, están muertos) ni con aditivos químicos. Siempre encontraremos la opción sin aditivos.
-No consumir alimentos transgénicos (con el ADN modificado)
-Ni tampoco productos potencialmente patógenos.
-No tomar alcohol de mala calidad ni en mucha cantidad. Preferir el vino ecológico fermentado de forma natural.
-Cuando consumimos pescado, elegir siempre especies de tamaño pequeño que contienen menos mercurio.
-¿Qué agua tomas? La del grifo contiene cloro poco conveniente y a veces metales pesados. Y somos un 70% agua. Tanto o más importante que los alimentos sólidos.
-No beber nunca agua guardada en plásticos tóxicos.

Descanso

-Cuidado si trabajas con la mente al límite. Estar en permanente estrés acorta la vida.
No dormir con la luz del día; perturba la fisiología del sueño.
-No entrar en nuestra habitación con los zapatos con los que hemos andado por la calle. Estamos contaminando nuestra área de descanso.
-Mantener una buena higiene de la cama. Los parásitos y bichos acumulados en el colchón pasan la noche en nuestra piel.
-No andar descalzo por un sitio contaminado, las plantas de los pies lo absorben todo.
-Cuidado con la exposición solar. Veinte minutos al día son suficientes y siempre con protección. A partir de ahí, el sol nos envejece.

Higiene personal

-Elige una pasta dentrífica sin flúor.
-Busca un desodorante sin aluminio
-Las cremas, champús y demás jabones que sean lo más naturales posibles.
-Controla que tus animales domésticos no estén enfermos.
-Los dientes son un foco de infección. Extrema su limpieza.
Lava bien las manos siempre antes de comer.

Y hay más:

-Huye de las relaciones tóxicas que sólo te aportan conflictos
-No a la vida sedentaria. Muévete a diario.
-No te automediques.
-¿Eres de los que andas y duermes con el móvil al lado? Pues has elegido muy mala compañía. Al menos, sácalo de tu habitación.
-¿Fumas? Tiempo de abandonar la nicotina
-Reduce el tiempo que estás sometido a la exposición de las ondas televisivas. Nos perjudican.
-Y reduce el tiempo que pasas delante del ordenador. Así que apaga ya y vamos a difrutar la ciudad. ¡Valencia happy!

Mercedes Morales
http://mamabio.es/

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