«En las casas hay muchas mujeres con tres estrellas Michelin, pero si quieres ser una cocinera de prestigio tienes que dedicarle muchas horas, levantarte y acostarte cocinando», explica en una entrevista con Efe la chef ilicitana.
Reconoce que ella ha tenido «mucha suerte», porque sus hijos «tiene dos madres», ella y su progenitora, y además hay que contar con una pareja que tenga las mismas aficiones: «Muchas amigas cocineras han terminado separándose o dejando la cocina, porque los horarios son difíciles de compaginar».
De hecho, entre los finalistas de «Top Chef», cuya recta final comienza el próximo miércoles, solo figura una cocinera, Begoña Rodrigo, del restaurante La Salita (Valencia). Se enfrentará al televisivo título de «mejor cocinero profesional de España» con Antonio Arrabal (Hotel Abba Burgos), Javier Estévez (El Mesón de Doña Filo, en Colmenar de Arroyo, Madrid), Miguel Cobo (El Vallés, Burgos) y Jesús Almagro (ex jefe de cocina de Pedro Larumbe, Madrid), este último repescado de entre los eliminados en anteriores programas.
Susi Díaz puntualiza que ya «hay un ‘boom’ de mujeres en las escuelas de cocina, pero los hombres se llevan casi todos los laureles por ahora».
La cocinera ilicitana se muestra no obstante «muy satisfecha» de que haya llegado «el momento de los cocineros» en televisión, porque ella, que se confiesa «viajera gastronómica», siempre había observado que en Europa, «y sobre todo en América», la mitad de los programas de televisión tenían que ver con la cocina.
«Siempre me había preguntado por qué en España, con la gastronomía que tenemos, con la cocina mediterránea en la lista de Patrimonio de la Humanidad y los mejores cocineros del mundo, la cocina no tenía más presencia en la televisión», explica Susi Díaz.
También está notando que este «boom» lleva a los restaurantes, como el suyo propio, La Finca (Elche), con una estrella Michelin y dos soles Repsol, a «chavales de doce o trece años, que les piden a sus padres de regalo de cumpleaños probar otro tipo de cocina, porque viven ya la pasión por la gastronomía».
Esta afición de los más jóvenes por la alta cocina «es de un valor increíble» para la cocinera ilicitana, porque a su juicio, ha habido «un bache enorme» en este campo, del tamaño de «una generación que no sabe hacer ni un huevo frito» y que ha provocado el abandono de la dieta mediterránea y que «los niños no estén bien alimentados».
Sobre el nivel de cocina de «Top Chef» dice que al principio le pareció «flojito», algo que achaca a lo nervios de cocinar contrarreloj, pero que ahora le «emociona» ver los platos que crean los concursantes, un espíritu que le «inspira» para su propio trabajo.
«El programa me motiva, cuando llego al restaurante le doy caña a mi equipo para sacar lo mejor de cada uno de ellos, y a ellos también les gusta, porque de ahí sale buena parte de la creatividad», asegura.
«Top Chef», que produce Boomerang TV para Antena 3, batió el miércoles pasado su récord de audiencia al superar los 3,4 millones de seguidores, datos con los que superó a su máximo competidor, «La Voz» (2.807.000), aunque este último tuvo mayor cuota de pantalla debido a su mayor duración, 20,7 % frente al 19,9 %.