«En momentos de crisis y desánimo, el arte alivia la vida»

«El arte, en sus distintas variantes, un libro, una música, una obra de teatro, algo bello, puede en un momento dado no solucionarnos la vida, evidentemente, porque el arte nunca soluciona la vida, pero alivia la vida, da una cierta dimensión de satisfacción aunque sea momentánea, que es algo bastante interesante en este contexto de dificultad», sostiene en una entrevista con Efe.

El autor del «La quincena soviética» (Premio Herralde) y de «El abrecartas» (Premio Nacional de Literatura y Premio Salambó), cree que la crisis política, en particular, «no ayuda para nada a la cultura» en ningún campo.

Medidas políticas como la subida del IVA en el teatro, el cine y la música son «letales» para estos sectores, que en el caso del libro y la música se unen a los perjuicios que causa la piratería.

«El gobierno anuncia medidas pero nunca da medidas, puede acabar con el honrado trabajo de los escritores como ha acabado antes con el honrado trabajo de los músicos y de los cineastas», asegura.

Molina Foix habla del arte como algo «superfluo que a todos nos gusta», porque la vida no es sólo utilitaria, la sociedad tiene que vivir el sueño de toda civilización a través del arte.

El escritor ha visitado A Coruña esta semana para participar en un homenaje al ingeniero Juan Benet en el vigésimo aniversario de su fallecimiento, y como él, que decía que la vida no la marca el destino sino el carácter, insiste en luchar contra ese destino «desafiándolo e imponiendo el carácter que uno piensa que es el adecuado».

La solución, la más «adecuada», plantea, en estos momentos de desánimo y «pérdida de rumbo» es a través del arte, aunque desde hace varios años incluso «lo superfluo está en crisis» porque «lo esencial falla, porque hay muchos despidos, mucho paro, mucho abuso en el trabajo por parte de la gente que manda».

Molina Foix, que ha dirigido dos películas –«Sagitario» y «El dios de madera»– pero se considera un «recién llegado» en este campo, cree que el cine español es «igual de bueno y de malo que cualquier otro», pero «tiene tan mala fama porque la fomentan algunos que odian el cine español, esta cosa tan española de odiar las cosas nuestras…» y «hace películas malas, naturalmente, como el americano o el ruso, y películas estupendas».

En su opinión, hay mucho talento entre los actores españoles y también «dificultades de tipo industrial que no se están resolviendo por el acoso de los impuestos y de la piratería».

Vicente Molina Foix, autor de «Busto» (Premio Barral), «Los padres viudos» (Premio Azorín) y «El vampiro de la calle Méjico» (Premio Alfonso García Ramos), ha comenzado este año con una recopilación de sus poemas en «La musa furtiva», y 2014 lo recibirá con un nuevo libro, «El invitado amargo».

En esta novela, escrita mano a mano con el poeta Luis Cremades, ambos abordan de manera independiente una historia común ambientada en los 80 con elementos de otras épocas y un cuadro de la sociedad y del momento en el que ambos viven que va a ser redescubierto.

«Es una novela biográfica, contada por dos personas, un dispositivo que quizá no tiene precedentes en el que dos personas, sin saber lo que la otra escribe, cuentan una historia común» en la que «lo más sugerente» es «por qué se hace este libro»: el robo que sufrió Molina Foix va a hacer casi un año en su casa de Madrid la noche de fin de año, recuerda. «Y lo dejo ahí en suspense».

El escritor reconoce haber trabajado en ella de una manera «muy apasionada, muy dura», pero con un «placer» del que no obstante también necesita descansar, confiesa, tarea a la que se está dedicando en estos momentos previos a la presentación de este extenso libro el próximo año, que llevará en portada la imagen de una pintura cedida por el pintor gallego Roberto González Fernández

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