Este jueves, la concejala de Cultura en funciones, María Irene Beneyto, ha entregado a los herederos de la familia Moroder las réplicas de los pebeteros del panteón familiar, realizado por Mariano Benlliure a comienzos de siglo XX y que fueron donados al municipio de Valencia en el año 2012. Cabe recordar que los pebeteros originales pueden verse en el Museo Benlliure.
Tal y como ha recordado la concejala, la donación estaba compuesta por varios elementos decorativos realizados en bronce, todos ellos parte del panteón de la citada familia. Estos fueron restaurados por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, y pasaron a formar parte de la exposición permanente de la Casa Museo- Benlliure.
Desde la Concejalía se encargó a la empresa ArtiPart, especializada en actuaciones de recuperación de elementos artísticos y realización de réplicas artísticas, realizar una copia de cada uno de los elementos donados, a fin de devolver su aspecto original «a uno de los panteones más relevantes del Cementerio Municipal», en palabras de Beneyto.
«Ese era el compromiso de la Concejalía de Cultura y así se ha realizado», ha afirmado la edil en funciones, quien ha subrayado la importancia de demostrar respeto y gratitud por parte de las administraciones ante las donaciones realizadas por ciudadanos o entidades.
Así, todas las piezas que fueron objeto de donación van a ser reubicadas en los próximos días en su lugar de origen, con el fin de recuperar la integridad del conjunto funerario. La actuación ha supuesto una inversión de 9.500 euros.
El acto ha contado con la presencia de varios miembros de la familia Moroder, así como el director de la Casa-Museo Benlliure, Javier García, y los autores de las réplicas, Alfonso y Daniel Pérez, de la firma ArtiPart.
A partir de este momento, los visitantes de este espacio museográfico podrán admirar los pebeteros de bronce, en una sala instalada en la segunda planta del edificio, junto a otros ejemplos de escultura en bronce de Benlliure, como una pieza del pedestal del monumento a Escalante, de 1899, o la lápida del nicho de José Benlliure y María Ortiz, del año 1942.
Beneyto ha destacado el «agradecimiento del Ayuntamiento de Valencia a los herederos de la Familia Moroder, y su encomiable actitud altruista, por hacer donación a la ciudad de sus obras y compartir de este modo su disfrute con los ciudadanos, en un marco tan atractivo como la Casa-Museo del artista, que recrea la vida del siglo pasado y es una joya del patrimonio artístico de Valencia».