La Ciudad Ibérica de Carmoxen

En investigación por la Real Academia de Cultura Valenciana.

La Cultura Ibérica, junto a la Etrusca, fueron las más singulares de todo el Mediterráneo Occidental desde el siglo VI a. C hasta la Romanización, siendo el territorio del Reino de Valencia, hoy Comunidad Valenciana, el núcleo donde más desarrollo y notoriedad alcanzó, con ciudades de una gran relevancia, como Edeta (Liria), Ilici ( Elche), Arse (Sagunto), Saiti (Xátiva).

Últimamente, las investigaciones en curso, han permitido conocer otras, llamadas a adquirir gran notoriedad a medida que avancen los trabajos de excavación.

Entre estas últimas se encuentra la de Carmoxen, situada en el Valle del Río Cányoles, en el corredor de Montesa, el camino más idóneo para la comunicación del Mediterráneo valenciano con el interior de la Península, Castilla, Extremadura y Portugal, así como con el sur y sureste, Murcia y Andalucía.

Tras dos años de paralización, la Sección de Arqueología y Prehistoria de la Real Academia de Cultura Valenciana, bajo la dirección del Dr. Aparicio Pérez y con la participación de un eficiente equipo de titulados universitarios, ha podido reanudar los trabajos de investigación arqueológica gracias, también, a la colaboración de D. Alfonso Rus Terol, Presidente de la Diputación Provincial y Presidente Honorario de la RACV, Fundación Pública de la propia Corporación Provincial.

El corto periodo de trabajo, dadas los escasos recursos disponibles, han permitido, no obstante, alcanzar los objetivos propuestos pudiendo conocer la secuencia completa de la ocupación del yacimiento desde el siglo VII a.C, hasta la propia Romanización al comienzo de la Era Cristiana.

El equipo de investigación estaba seguro de que la ciudad reproduciría, en sus distintos niveles, las ocupaciones sucesivas que se suponían por los datos obtenidos en la necrópolis inmediata a la ciudad, conocida como Corral de Saus. Así ha sido, para general satisfacción, al poder comprobar que la teoría elaborada, y que constituía el objetivo principal de los trabajos, se había confirmado.

Así pues, Carmoxen nos ofrece cuatro niveles de ocupación sucesiva; uno basal, constituido por materiales de relleno para la nivelación necesaria de las viviendas, ya que el poblado se asienta en una ladera de suma pendiente próxima al 40%. Este primer nivel engloba, además, restos de habitación de un primitivo asentamiento hacía el s. VII a.C, supuestamente arrasado en su totalidad. Sobre esta superficie plana artificial se han encontrado tres tramas urbanas superpuestas y pertenecientes a tres núcleos de habitación diferentes y sucesivos en el tiempo. El primero lo situamos entre los siglos VI y V a. C; el segundo entre el IV y III y el superior entre los siglos II y I, a. de C. naturalmente.

Hemos de advertir que, aunque está en término de Moixent, no tiene nada que ver con la célebre Bastida de Les Alcusses, de corta vida, ya que quedó abandonada y prácticamente desierta en la primera mitad del siglo IV a. de Cristo.

Al iniciar los trabajos, el equipo pensó que sería posible, así como deseable, poder reunir datos para resolver el misterio que rodea a La Bastida y así ha sido. Se ha detectado un pavoroso incendio al final del s. V y principios del IV, más o menos coincidente con el de la Bastida y con la destrucción de toda la arquitectura y escultura funeraria localizada en Corral de Saus.

Los extraordinarios hallazgos realizados obligan necesariamente a proseguir los trabajos, en estos momentos suspendidos temporalmente, hasta que puedan reunirse los recursos suficientes y necesarios para retomar su continuidad.

Mientras tanto, el equipo de investigación de la SEAP de la Real Academia de Cultura Valenciana no cesa en sus trabajos y estudios, continuando con su labor de apoyo, desarrollo y divulgación de la cultura valenciana.

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