La corrupción, protagonista de la última novela negra de Agustín Santos

 

En «El círculo octavo» Santos (Salamanca, 1936) retrata a una sociedad inmersa en el caos político, pese a que el planteamiento inicial de la novela no pretendiera «dar mensajes ni denuncias», señala el escritor en una entrevista con Efe.

Burbuja inmobiliaria, sobornos y corrupción política son las constantes en la tercera entrega de esta serie de novela negra protagonizada por el comisario Boyero, ambientada en la Comunitat y en la que nadie parece ser inocente.

«No pretendía hacer un relato sobre la crisis ni la corrupción pero es que hemos batido el récord mundial de despropósitos: aeropuertos sin aviones, bibliotecas sin libros, la pesadilla arquitectónica de Calatrava…», señaló el escritor.

De este modo, «El círculo octavo» recupera al protagonista de sus anteriores novelas «La llave que te di» (2008) y «La sombra oculta» (2011) aunque, en esta ocasión, Boyero se enfrentará a un dilema personal, ya que su propio padre «es un aprovechado de las prácticas del pelotazo» y él se mostrará incapaz de escapar de esta urdimbre inmoral.

Editada por Calabria Narrativa, esta trilogía policíaca rompe con la figura heroica del personaje principal y en su última novela presenta al comisario Boyero como un hombre débil acechado por las dudas.

Un héroe que rechaza el poder del fútbol, que embrutece las pasiones de la gente, que castiga a la izquierda por no haberse opuesto a la corrupción y que se cultiva leyendo a los grandes literatos.

«Me gusta plasmar qué sienten los que sufren la crisis; en este sentido la mirada sobre el entorno se vuelve cada vez más negra», continuó Santos que comparte una visión poco optimista de la situación actual que atraviesa el país.

De este modo, «El círculo octavo» completa esta serie de novela negra con una aproximación a la situación actual valenciana, con referencias al «Caso Gürtel», que se maquilla bajo un escenario de investigación policial.

Cuatro asesinatos pondrán en jaque al comisario que tendrá que enfrentarse en su búsqueda por la verdad a políticos egoístas, jueces cobardes y empresarios manipuladores

«Hemos tenido la desdicha de unos responsables políticos bastante ineptos que, aunque sabían perfectamente a dónde nos llevaría la burbuja inmobiliaria y los gravosos créditos bancarios, no quisieron ponerle remedio», señaló el autor.

Pero Santos no solo se confiesa angustiado por la coyuntura económica, sino también por la crisis del sector editorial, de la que denuncia que interese más «publicar a ‘consagrados’ o a autores mediáticos que la ópera prima de un escritor que apunte maneras.»

El título de la novela hace referencia a los nueve círculos del infierno de la Divina Comedia de Dante en el que los fraudulentos encuentran su redención. «Si existiera el Círculo Octavo estaría atiborradísimo», concluyó el escritor. 

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