Adoro la cultura estadounidense, ese amor por su país, esa capacidad para creerse los mejores y la terrible doble moral que tiene presos del qué dirán a auténticos patanes que fornican con sus primas. Y ojo, que es una exageración.
En un restaurante de Lousiana, un estado al sur de los USA, se ofrece un 10% de descuento si, además de tu apetito, llevas también tu arma.
Kevin Cox, el dueño del restaurante en cuestión (cuyo cartel en la fachada está en la abominable fuente Comic Sans) añade leña al fuego: «Mientras todos llevemos nuestra arma, todos seremos del mismo tamaño».
Con ese escenario, me surgen las preguntas. ¿Qué pasaría si en España fuera legal tener y llevar armas por derecho constitucional?
¿Se imaginan? Sería terrible.
El vídeo, donde se ve la noticia emitida en un informativo estadounidense se puede ver también a una cliente del restaurante afirmar sin rubor alguno (y con cierta cara de loca, por cierto): «si alguien entra armado para hacernos daño mientras comemos, no estaremos desarmados».
Y se queda tan ancha.
Reitero que adoro la cultura americana, su patriotismo y la manera que honran a su bandera. Deberíamos aprender esas cosas en España, ahora más que nunca, ya que algunos catetos nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Pero qué quieren que les diga…
Me quedo en un país donde todo lo que se lleva en el bolsillo es un teléfono y las llaves de casa. Y dinero negro, y bolsas de coca, y sobres para pagar a concejales corruptos…
Pues vaya. España también se gasta doble moral, y el domingo todos a misa.