Imágen en contrapicado de La Lonja de Valencia

La Lonja, 18 años Patrimonio de la Humanidad

Hace 18 años, un 7 de diciembre, la ciudad de Valencia recibía la noticia que la Unesco premiaba a la Lonja de la Seda con la distinción de Patrimonio de la Humanidad. Sin duda, era una reivindicación merecida para este edificio tan significativo y especial para la ciudad y que es el mejor ejemplo de gótico civil.

Desde aquel entonces, la Lonja ha visto cómo se le ha lavado la cara, se le ha librado de usos innecesarios y se ha convertido en un centro de atención turístico importante, que deja maravillado a todos los foráneos que visitan Valencia.

Ya en 1931 se le distinguió como Monumento Nacional Fue nombrado Monumento Nacional desde el año 1931 y en 1996 fue cuando la Unesco la elevó a Patrimonio de la Humanidad como «ejemplo totalmente excepcional de un edificio secular en estilo gótico tardío, que ilustra de manera espléndida el poder y la riqueza de una de las grandes ciudades mercantiles del Mediterráneo».

JOYA DEL SIGLO DE ORO

Fue en pleno Siglo de Oro valenciano cuando los prohombres de la ciudad encargaron la construcción de un foro donde los mercaderes pudieran hacer sus negocios, sobre la Taula de Canvis.

Pere Compte, picapedrero afamado en la época, se encargó de llevar a cabo la colosal obra que dio como resultado un edificio de planta irregular, donde destacan las fachadas rectangulares de piedra picada, las artísticas esculturas y gárgolas, las perfectas proporciones de las puertas y ventanas, de los escudos y de los merlones en el exterior. Mientras que en el interior nos encontramos con una espléndida sala de Contratación en el que destaca su bóveda de crucería sustentada por columnas helicoidales.

La sala del Consolat del Mar, con el techado dorado de la antigua Casa de la Ciudad, los sótanos, la capilla y el patio de los naranjos conforman esta joya del patrimonio universal, coronado con una torre que forma parte indisoluble de la Ciutat Vella.

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