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Migraña, síntomas y tratamiento

Migraña, síntomas y tratamiento y es que hay que saber que las cefaleas son un padecimiento que prácticamente todos hemos experimentado en alguna ocasión a lo largo de nuestras vidas. Generalmente no requieren consulta médica por lo que son susceptibles de automedicación. Pese a no estar relacionadas con incremento de mortalidad, conocemos que las patologías que cursan fundamentalmente con cefaleas están altamente relacionadas con la interrupción o limitación de las actividades diarias –incluso laborales y lectivas–, y los migrañosos tienen peores indicadores de calidad de vida que los enfermos diabéticos, hipertensos, osteoartríticos o deprimidos. La migraña es uno de los motivos neurológicos de consulta más frecuente en la farmacia. Además, se trata de una enfermedad altamente discapacitante, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la clasifica como la 12ª mayor causa de discapacidad en el mundo entre las mujeres y la 19ª en total, lo que ha llevado a incluir esta entidad entre los procesos más incapacitantes. El origen de la migraña es multifactorial, históricamente se ha venido vinculando la causa en desórdenes hormonales, pero según recientes investigaciones el factor predominante puede tener origen alimentario y posiblemente genético. La International Headache Society (IHS) define la migraña como un trastorno caracterizado por ataques intermitentes de dolor de cabeza combinados con náuseas, vómitos y/o sensibilidad a la luz, sonidos y otros estímulos sensoriales. La migraña se diferencia básicamente de un dolor de cabeza común o cefalea tensional, en su carácter recurrente, en que cada crisis dura entre 4 y 72 horas, que el dolor suele localizarse hemicranealmente, que tiene una connotación pulsátil, el dolor es sincrónico con el ritmo cardiaco y que normalmente se acompaña de náuseas, vómitos, fotofobia y/o fonofobia.

Es frecuente que el paciente no acuda al médico y use dosis bajas de analgésicos simples o AINE que, aunque pueden ser eficaces, a dosis bajas difícilmente consiguen un alivio suficiente en la crisis de migraña moderada-severa y en muchas ocasiones constituyen la puerta de entrada al abuso de analgésicos. El empleo de analgésicos debe ser racional para evitar el uso innecesario, que a su vez puede contribuir a cronificar el dolor (cefalea crónica diaria). La migraña es una enfermedad incapacitante y provoca una importante limitación de la vida diaria: obliga a reducir la actividad en un 50% de los casos y al reposo en cama hasta en el 20-30%. Muchos pacientes se ven obligados a modificar su actividad ante el temor a la aparición de una crisis de migraña. Por ello la migraña debe evaluarse en relación con su impacto en la calidad de vida. Actualmente, disponemos de varios fármacos tanto para la prevención como para el tratamiento de las crisis de migraña. Con su elección apropiada y correcto uso podremos aliviar las migrañas de muchos pacientes. El problema actual puede ser seleccionar el principio activo adecuado para cada paciente, sobre todo en el grupo de los triptanes, donde últimamente hemos asistido a la comercialización de nuevos principios activos con escasos ensayos comparativos entre ellos que nos ayuden en esta elección.

Debe descartarse la cefalea de rebote por abuso de analgésicos y posteriormente evitarla limitando para ello la medicación a no más de 2 ó 3 veces por semana.

  1. Analgésicos Antiinflamatorios. En las crisis agudas, de intensidad leve a moderada, las guías y revisiones recomiendan como tratamiento de primera línea fármacos no específicos para la migraña a dosis plenas: ácido acetilsalicílico 1000 mg. o acetilsalicilato de lisina a dosis equivalentes
  2. Ergotamínicos. En España están comercializadas dihidroergotamina (comprimidos y grageas) y ergotamina (siempre asociada a otros compuestos). Ergotamina fue el primer tratamiento específico frente a la migraña. Sólo en algunos ensayos se ha mostrado superior a placebo en el alivio de las crisis agudas de migraña. Es inferior en eficacia a triptanes. La dosis debe ser individualizada y siempre inferior a 6 mg/crisis, no debiendo repetirse por lo menos en los siguientes 4 días por su posible efecto de cefalea de rebote e intoxicación ergotamínica con vasoconstricción periférica. Su eficacia depende de la rapidez de administración al inicio de la crisis.
  3. Triptanes. Los triptanes presentan diversas ventajas frente a los ergotamínicos: actúan sobre receptores específicos (agonistas 5-HT1B/1D), tienen una farmacocinética simple y predecible, eficacia basada en ensayos clínicos bien diseñados, efectos adversos moderados y un perfil de seguridad bien establecido.

 

Texto por Antonio J. Segura Muñoz

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