Pisando fuerte con unas chelsea boots

El Año Nuevo está a la vuelta de la esquina y, como ya comenté en algún artículo anterior, la lista de nuevos propósitos para cumplir en los doce meses siguientes está en proceso o, en el caso de los más previsores y entusiastas, más que finiquitada.

Esos recopilatorios de buenas intenciones se extienden desde designios en forma de mejora de la salud, estudios o ahorros hasta otros de carácter más introspectivo donde las reflexiones internas de crecimiento personal completan este inmenso abanico de buenas voluntades.

Tanto si eres de los primeros, de los segundos o de ambos, lo importante es comenzar el 2015 pisando fuerte rodeados, en la medida de lo posible, de las personas importantes para nosotros y cargados de sacos llenos de ilusión, optimismo, valentía y talante con los que afrontar las nuevas circunstancias y situaciones que se pondrán por delante.

La actitud lo es todo y qué mejor manera de pisar firmemente el próximo año que estamos a punto de estrenar con unos Chelsea boots. Estos botines de punta redondeada, tacón bajo y suela de goma o piel tienen como principal característica una tira elástica que adorna los laterales de este calzado.

La historia de este zapato comenzó hace varios siglos cuando la Reina Victoria del Reino Unido los usaba para montar a caballo debido a la comodidad y facilidad de poderlos poner y quitar gracias a los característicos laterales que se mantienen hasta hoy.

Las Chelsea boots han sido las protagonistas de varios momentos fashionistas a lo largo de la historia. De hecho, en los sesenta se volvieron a poner de moda gracias al movimiento mod, una subcultura juvenil británica que se originó en Londres a finales de los años 50 y alcanzó su momento álgido entre principios y mediados de la década de 1960 coincidiendo, además, con el encargo de los Beatles de un modelo especial con tacón cubano que convirtieron a este calzado en un icono de su característico look.

Desde hace varias temporadas, estos botines vuelven a pisar las calles de nuestras ciudades junto a outfits normcore compuestos por jeans pitillo, suéter, bufanda y cazadora o abrigo, dependiendo del frío.

Además, los Chelsea boots tienen muchos puntos a favor para que entren a formar parte de nuestro particular zapatero: unisex, tanto para él como para ella; versátiles, miles de combinaciones estilísticas posibles; prácticos, sin cordones, velcro o cremalleras; atemporales, nunca pasan de moda…

Todo son ventajas en un calzado que tiene muchas décadas de recorrido y que todavía hoy continua escribiendo su historia.

El miércoles celebraremos el fin de un ciclo y, paralelamente, el estreno de una nueva etapa formada por doce meses en los que tendremos la oportunidad de coger el toro por los cuernos y ponernos el mundo por montera.

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